La Guardia Civil, con "una espina clavada" por falta de pruebas sobre Yéremi

El fracaso en buscar pruebas concluyentes del destino del niño Yéremi Vargas, desaparecido en marzo de 2007 en Gran Canaria, es "una espina clavada" en los agentes de la Guardia Civil que han investigado el caso.

Funcionarios que, "a lo largo de doce años de trabajo ininterrumpido", han seguido "distintas pistas que les han llevado a Escocia y a diferentes sitios" sin éxito y lamentan esa falta de resultados, según ha destacado este martes el coronel jefe de la Guardia Civil en Las Palmas, Ricardo Arranz.

Quien ha aludido al caso del menor desaparecido al despedirse en rueda de prensa de su cargo, que abandonará próximamente al cumplir 61 años y pasar a la reserva, como establece el reglamento del instituto armado al respecto.

Al hacer un balance, en general positivo, de los seis años y medio que ha estado al frente de la Comandancia de Las Palmas, Arranz no ha podido evitar referirse al que ha señalado como el mayor reto no superado entre los asuntos que le ha tocado intentar resolver en esa etapa.

Puesto que "no haber conseguido poder acusar formalmente a alguien de la desaparición y muerte de Yéremi", debido a que "han faltado pruebas concluyentes" para hacerlo y solo existen algunas circunstanciales, es "una espina clavada", tanto para él como para todos los agentes que han trabajado para ello.

Y más aún en la situación actual, donde "no podemos investigar más" sobre el caso, a raíz de la decisión de la Audiencia de Las Palmas de archivar las actuaciones relativas a la presunta implicación en él de Antonio Ojeda, "el Rubio", delincuente que durante años se ha barajado que pudo ser el responsable de la desaparición del niño, ha precisado.