El "frente de cárceles" yihadista que ha neutralizado la Guardia Civil en distintas prisiones españolas tenía ya objetivos y estaba muy organizado
La Guardia Civil ha desarticulado un grupo de 25 internos afines a la organización terrorista Dáesh asentado en 17 cárceles españolas -entre ellos, un recluso de la prisión de Las Palmas II, en Juan Grande (Gran Canaria)-, a los que se investiga por captar, adoctrinar y radicalizar a otros presos.
En esta operación, se ha neutralizado el embrión de un Frente de Cárceles yihadista, gracias al control de los procesos de radicalización que lleva a cabo por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, que ha resultado clave para identificar a estos internos, informa el Ministerio del Interior.
El "frente de cárceles" yihadista estaba muy organizado y estructurado y tenía ya objetivos concretos, ya que había amenazado a determinados funcionarios Instituciones Penitenciarias, alguno de rango superior.
Así lo han señalado a Efe fuentes de la investigación en relación a la desarticulación por la Guardia Civil de un grupo de 25 internos afines a la organización terrorista Dáesh asentado en 17 cárceles españolas investigados por captar, adoctrinar y radicalizar a otros presos.
Una operación, denominada Escribano, en la que ha neutralizado el embrión de un "frente de cárceles" yihadista, cuyo cabecilla, según las mismas fuentes, es Mohamed Achraf, un preso que cumple condena por liderar una célula desarticulada por la Policía Nacional en 2004 en la operación Nova.
Achraf, cuyo verdadero nombre es Abderraman Tahiri, dirigía presuntamente una célula que pretendía atentar contra varios objetivos emblemáticos de Madrid, entre ellos la Audiencia Nacional, el Tribunal Supremo o la estación ferroviaria de Príncipe Pío.
En marzo de 2006 el entonces juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska procesó a 33 supuestos yihadistas en un auto en el que afirmaba que Mohamed Achraf -detenido en agosto de 2003 en Suiza y extraditado a España en 2005-, "había dispuesto lo necesario para adquirir mil kilogramos de explosivo (Goma 2), de los que utilizarían al menos 500 kilogramos en un camión que empotrarían contra la Audiencia Nacional".
Desde la cárcel, según las fuentes, este preso dirigía un grupo disperso por varias cárceles con planes concretos de radicalización y captación de otros reclusos, pero también de actuación contra objetivos concretos.
Un grupo que contaba con su propia iconografía y eslogan y que estaba perfectamente estructurado, con órdenes precisas de actuación en los patios y métodos de formación y de entrenamiento. "Bastante disciplinados y organizados", resumen las fuentes.
Según ha informado hoy el Ministerio del Interior, el control de los procesos de radicalización llevada a cabo por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ha sido clave para identificar a estos internos.
Se trata de la primera operación de estas características llevada a cabo en Europa contra un entramado afín al Dáesh cuya actividad se desarrolla íntegramente en el ámbito penitenciario y se ha desarrollado bajo la dirección del Juzgado Central de Instrucción número 1 y la Fiscalía de la Audiencia Nacional.








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