La nueva cárcel permitirá el regreso de más de un millar de presos canarios

La construcción de la segunda cárcel de Gran Canaria en el municipio de San Bartolomé de Tirajana permitirá que más de mil reclusos canarios terminen de cumplir su condena en el sur de la Isla. M. REYES / SAN BARTOLOME DE TIRAJANA.Esto contribuirá a terminar con la situación de destierro que vienen sufriendo los presos isleños durante los últimos años, pues han sido derivados a prisiones peninsulares a causa de la falta de plazas en condiciones dignas en los penales de la Comunidad Autónoma. Estos traslados son consecuencia de la masificación que existe en los centros penitenciarios de la capital grancanaria (Salto del Negro) y Lanzarote (Tahíche), lo que ha motivado el traslado sistemático de centenares de reos en la última década. De hecho, hace más de 15 años que los responsables de Salto del Negro expusieron la necesidad de edificar otra cárcel. Además, los funcionarios de esta prisión llegaron incluso a denunciar problemas de hacinamiento, entre otros motivos porque el número de internos sobrepasaba las 1.200 plazas previstas. Esto ocurría a finales de 2003 y desde entonces los traslados masivos se han convertido en la única manera de aliviar la saturación, hasta el punto de que la población flotante de canarios que cumplen condena fuera ya sobrepasa el millar, según confirma la Dirección General de Instituciones Penitenciarias. Una cifra en la que no se incluyen los isleños que han delinquido en otras comunidades autónomas, sino sólo aquellos que han sido enviados a la Península por falta de espacio. Con todo, el regreso de estos reclusos será una realidad en el mejor de los casos a lo largo del 2010, que es el año previsto por la Sociedad Estatal de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios (SEIP) para abrir la nueva prisión provincial. De cumplirse estos plazos, la instalación comenzará a funcionar con un retraso acumulado que ronda los 20 años, ya que fue en 1990 cuando se iniciaron las gestiones para construirla.