Bravo teme que la modificación de la Ley Turística siga frenando el desarrollo

El presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Bravo de Laguna (PP), ha expresado hoy su temor a que con la reforma de la Ley Turística no se consiga mejorar la oferta de la isla, como reivindica la corporación insular, y se siga paralizando su desarrollo.

Bravo de Laguna ha señalado, por ello, que "luchará hasta el final" y seguirá en conversaciones con el presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero (CC), y el consejero de Política Territorial, Domingo Berriel (CC), para tratar de introducir los cambios exigidos por Gran Canaria con el fin de que se permita construir en la isla hoteles de cuatro estrellas sin estar ligados a la rehabilitación.

Según el presidente de la corporación insular, tal y como va redactada la ley, su desarrollo dependerá del reglamento, y como se hace "una remisión muy amplia hacia este", genera "una gran inseguridad jurídica", pues "el reglamento lo elabora el Gobierno sin pasar por el Parlamento y con criterios más discrecionales".

Además, ha apuntado que los parámetros de calidad que se van a desarrollar, según la ley, "suponen cortapisas y nuevas pegas a una inversión imprescindible para Gran Canaria".

A su juicio, ya se han perdido años de auge turístico y si esta ley no se mejora en el trámite parlamentario, puede que "sea otra oportunidad perdida".

Ha recordado que el procedimiento elegido para la tramitación de esta reforma es el de lectura única, con el fin de abreviar los plazos para que pueda ser aprobada antes de que concluya la legislatura, por lo que habrá pocas oportunidades para la presentación de enmiendas, aunque ha dicho que, por su forma de entender la política, lo intentará hasta el final.

Por otra parte, el presidente del Cabildo de Gran Canaria se ha mostrado contrario a la creación de una tasa turística como propone Nueva Canarias, porque entiende que restaría competitividad al destino turístico de Canarias.

En opinión de Bravo de Laguna, cualquier "pequeña variación" altera el mercado turístico, por lo que no es recomendable la creación de esa tasa.