De las tizas a las TICzas

Hasta la LOMCE, Ley Orgánica de la Mejora de la Calidad de la Enseñanza, manifiesta la necesidad del desarrollo de la competencia de búsqueda de información y  digitales, lo que deja claro que ninguna ley o normativa inferior puede ir en contra de este principio legislativo.

La ley tiene interpretaciones, más las orgánicas de la época franquista, esa que nos enseñaban en la Formación del Espíritu Nacional, "todo español es libre mientras no vaya en contra de los principios fundamentales". Eso sí que era una ley "orgánica", lo demás son boberías. Hasta ahí uno comprendía la jerarquía legislativa, con lo momentos ingratos que sufrimos, presa de la “catalina”, esa regla de madera que nos acariciaba las yemas de los dedos.

Con el tiempo, leyes y normativas de menor rango cuestionan principios esenciales de las reformas educativas, como es el derecho al uso, no abuso, de las TIC, de las tecnologías de información y comunicación.

Las Normas de Convivencia pueden frenar en  los centros escolares todo intento de hacer un uso debido de las TIC, en un proceso involutivo, que denominamos de “las tizas a las ticzas”.

Uno que no es alérgico a las tizas, que no está liberado ni trabaja en cuestiones administrativas, le resulta sorprendente que se impida el uso de nuevas tecnologías personales y educativas en los centros escolares de Canarias.

No nos cuesta nada demostrar que los medios informáticos que disponen los IES están obsoletos. El Proyecto Medusa, Agua Viva en Canarias, ha quedado en un picazón que engorrosa la práctica diaria, por la lentitud, la velocidad,... Realmente son museos que visitamos con mucha frecuencia.

La justificación para prohibir el uso de las tabletas y los móviles se fundamentan en el mal uso que realizan el alumnado de los mismos. Por supuesto que rechazamos los chateos no programados en horas lectivas, las grabaciones ilegales, las llamadas inoportunas, la falta de concentración en la tarea educativa. No aprobamos el mal uso de las TIC en los centros educativos.

Solamente solicitamos, en pleno siglo XXI, que las TIC personales formen parte de los recursos del aula, más teniendo en cuenta que las pocas  inversiones públicas, que están provocando una diferencia clara entre las escuelas del Norte y la nuestra, que cada día está más al Sur.

Desarrollen normativas para el mal uso de las TIC, pero no frenen el uso de medios privados que pueden favorecer una escuela de calidad. Las desigualdades sociales no la podemos solventar con las Normativas de Convivencia del Proyecto educativo. El trabajo colaborativo puede ayudar al alumnado que no dispone de  medios privados.

No pongamos barreras al uso debido de las TIC.