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ANTONIO GARZÓN

Hoteles nuevos en base a "calidad y empleo": ¿otra sobre-regulación?

ANTONIO GARZÓN Viernes, 03 de Octubre de 2014 Tiempo de lectura:

Después de 15 meses desde la aprobación de la Ley de Renovación Turística vemos como continúa el debate sobre los nuevos hoteles de cuatro estrellas dando vueltas en círculo sobre las mismas cuestiones e incluso proponiendo nuevos condicionantes.

Después de 15 meses desde la aprobación de la Ley de Renovación Turística vemos como continúa el debate sobre los nuevos hoteles de cuatro estrellas dando vueltas en círculo sobre las mismas cuestiones e incluso proponiendo nuevos condicionantes. Veamos de forma comprimida algunas de las claves de dicho debate de la actualidad turística: 

1) Un año, ¿poco tiempo para evaluar la ley?: No necesariamente, pues no estamos ante una Ley nueva de un año, sino ante una prolongación con muy pocos cambios de la anterior (Ley de Medidas Urgentes 2009-13), por lo que el periodo de evaluación se extiende a más de 5 años, tiempo más que suficiente para poder certificar el fracaso de ambas Leyes de Turismo.

2) ¿Se han producido renovaciones “gracias a la Ley”?: No, en absoluto; más bien se están produciendo renovaciones independientemente de la Ley, o a pesar de ella. El mismo Ejecutivo canario ha reconocido que sus principales incentivos teóricos (= aumentos de edificabilidad y densidad) han sido nulos durante este último año y ya anuncia flexibilizarlos más. Recordemos que el “incentivo del premio de camas” de la Ley antecesora (2009-13), vendido en su día como “super-incentivo”, fracasó casi totalmente porque estos dos parámetros urbanísticos impidieron la materialización de las camas obtenidas como "premio" en la parcela rehabilitada, salvo en el caso del Hotel Oasis donde el "premio" del aumento de camas contemplado en la Ley ha traído como consecuencia una ampliación considerable del volumen edificable del nuevo hotel de complicado -y por ende conflictivo- acomodo en altura y ocupación longitudinal del suelo. Por tanto, pretender asociar las rehabilitaciones a un supuesto éxito de la Ley resulta paradójico si a la misma vez se está reconociendo explícitamente el fracaso de sus principales “incentivos”.

3) Por tanto, ¿la Ley de Renovación ha sido un éxito?: Así parecen pensar los promotores de la misma, pero lo cierto es que todo habla en contra del supuesto éxito que se le pretende atribuir a la Ley. Veamos algunos indicadores: conservación del bloqueo a nuevas construcciones (no se ha iniciado ningún proyecto nuevo), desvío de clientes potenciales a otros destinos por falta de camas (por ejemplo, el turoperador FTI ha calculado su volumen potencial para Gran Canaria en el triple del volumen actual), aumento del desempleo (en el 3º trimestre del 2013 se produjo un nuevo récord de paro con una tasa del 35,12%), fuga de inversiones locales al extranjero (Lopesan Hotels desvía inversiones al Caribe), auge del alquiler vacacional ilegal (la Ley Turística no lo regula, promoviendo la incertidumbre y los conflictos en las comunidades de propietarios de apartamentos), fracaso del "banco virtual de camas" (después de anunciarlo a bombo y platillo, la realidad muestra que es inviable), etc. etc. etc. Resulta evidente que cualquier evaluación objetiva de la Ley no puede resultar positiva.

4) ¿Excepciones para hoteles de 4 estrellas en base a "criterios de calidad"?: Al pretender introducir nuevos parámetros de calidad se está diciendo que la legislación actual no garantizaría niveles cualitativos suficientes, lo cual no es cierto. Hay suficiente normativa turística al margen de la moratoria para garantizar sobradamente la calidad de nuevas construcciones turísticas (Ley Turística 1995, Reglamento de Actividad Turística de Alojamiento,...). Es probable que cuando los planificadores se lean la normativa, se preguntarán: ¿Y qué más podemos regular aquí?

5) ¿El mercado interviene en la regulación de la calidad y la ecoeficiencia?: Las recientes renovaciones de hoteles de RIU en Meloneras muestran la presión cualitativa que ejerce el mercado. La cadena mallorquina ha reformado sus hoteles exactamente en base a los criterios que piden sus clientes sin que ninguna Ley le haya tenido que marcar los estándares de calidad a seguir. Y lo mismo es aplicable para cualquier nueva construcción hotelera, así como para criterios medioambientales que  ya hace tiempo se han convertido en un factor con influencia en la decisión del cliente para optar por un establecimiento u otro. El mercado es el mayor regulador cualitativo que existe, pues expulsa de forma automática a los productos que no cumplan con los estándares de la demanda. Por tanto, cualquier regulación cualitativa suplementaria sobra.

6) ¿Excepciones para hoteles de 4 estrellas en base a "servicios complementarios”?: Como nuevo posible condicionante para un nuevo hotel de 4 estrellas se ha hablado la semana pasada en el Parlamento canario de “criterios de creación de empleo a través de la ampliación de la oferta de servicios complementarios” (p.ej. con un campo de golf, un parque temático, un muelle deportivo, etc.). ¡Esto no es nuevo! Recordemos que la primera moratoria (Ley de Directrices, 2003-9) contemplaba como única excepción proyectos excepcionales ligados a proyectos de ocio que no superasen el 1% de crecimiento anual. Durante los 6 años de vigencia de dicha ley sólo se aprobaron dos para Gran Canaria (en 2007-8, en ambos casos vinculados a puertos deportivos), pero ninguno de ellos se llegó a construir ni tiene visos de ello en fechas próximas. Por tanto, vemos que, a pesar de ya haber fracasado el mismo condicionante en años anteriores, se vuelve a plantearlo una vez más. Evidentemente, lo de “permitir hoteles que hagan a la vez un proyecto de ocio y contraten más personal” suena muy bien, pero otra cosa es que sea realista. 

7) En términos generales, ¿puede el Ejecutivo regular el número de personal a contratar por la empresa privada?: Vincular un permiso de construcción a que un hotel “cree más empleo” evidentemente puede sonar bien de cara al electorado, pero ¿puede el Ejecutivo interferir en el cálculo de los ratios empresariales de plantilla? Es decir, que, por ejemplo, ¿impondría a un hotel nuevo de 500 habitaciones y de cuatro estrellas un ratio de plantilla de 0,8 empleados por habitación, cuando lo habitual para esta categoría con este tamaño se situaría en Canarias en torno a un ratio de 0,5-0,6 empleados/habitación? Ello sería una intervención propia de economías planificadas o dirigidas, pero no olvidemos que estamos hablando de hoteles nuevos en Canarias, y no en Cuba o en la antigua URSS. La imposición del personal a contratar es una intromisión en la libertad de empresa que no tiene cabida en una economía de mercado.

Conclusiones

El debate de los hoteles nuevos de cuatro estrellas es una cuestión puramente política. Los planificadores parecen haber constatado la urgente necesidad de retirar la tan perjudicial moratoria, pero sin querer reconocer su evidente fracaso (que podría suponer una pérdida de imagen política a pocos meses de las elecciones), por lo que el camino de "permito hoteles de 4 estrellas, pero en base a más calidad", parece ser un eslogan lo suficientemente populista para cumplir ambos objetivos. Por tanto, no se trata de que los nuevos hoteles tengan más calidad (pues ya la tienen de por sí en base a la normativa actual); se trata de que parezca que la cesión del Ejecutivo va condicionada al logro de "más calidad".

Sin embargo, cuando lo importante es el 'empaquetado comercial del producto' y no su viabilidad técnica, se puede caer fácilmente en la sobre-regulación (p.ej. si se vincula un hotel de 4 estrellas a un parque acuático como los existentes en Turquía). De ahí que el gran peligro de la nueva regulación, sea a través de requisitos cualitativos, medioambientales o de personal, es que sobrepase la línea roja de la rentabilidad empresarial y haga inviable cualquier nueva inversión. Si ese fuera el caso, estaríamos ante una "moratoria-cerrojo encubierta" que mantendría el estatus inmovilista de bloqueo al nuevo crecimiento económico. Pero...¿es ese tal vez el objetivo?

Las opiniones de los columnistas son personales y no siempre coinciden con las de Maspalomas Ahora.

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