Viviendo en San Borondón
Conchabados para casi siempre
Y en Canarias, esta degradación, llega a límites de podredumbre insólitos -aunque no inéditos- en la vida política y tiene sus propias notas pintorescas y bananeras.
Cada vez somos mas los que miramos horrorizados cómo Podemos gana adeptos, no tanto por sus propios méritos, sino por el desastre y el alejamiento de la realidad de los partidos que conforman y ostentan la representación legal de los ciudadanos. La corrupción generalizada, tanto aquella indiscutible y judicializada como la intuida por casi todo el mundo, lleva a la desilusión colectiva y es terreno abonado para las aparentes soluciones mágicas, histriónicas y populistas, que algunos plantean y que históricamente han sumido a quienes las votaron irreflexivamente en el desastre civil, económico y en el más duro totalitarismo.
Los partidos nacionales, si es que ahora ese término puede usarse con propiedad, como PP, PSOE, IU o UPyD dan muestras cada día de descomposición interna y de estar más preocupados de cómo conservar sus cuotas de poder y sus privilegios que de intentar, en lo posible, resolver los graves problemas de la ciudadanía y aliviar el 25 % del paro existente.
Y en Canarias, esta degradación, llega a límites de podredumbre insólitos -aunque no inéditos- en la vida política y tiene sus propias notas pintorescas y bananeras. El conchabo gubernamental, CC-PSOE, llamado a dar ejemplo de limpieza y transparencia democrática, dice una cosa pero hace justo la contraria. Habla de participación y transparencia, pero aprueba siete leyes del Gobierno perfiladas sin consenso ni consultas, por ejemplo. Y hasta para defender su perreta anti petrolera, no duda en amenazar a los empresarios que no apoyen sus opiniones, no por más posibles menos fundamentadas. Ha sido un esperpento que, en cualquier país democrático, hubiera obligado al Gobierno de Canarias a la descalificación inmediata y al procesamiento judicial de los que así se manifestaron con un evidente abuso de poder y prácticas más propias de un país bolivariano que de una región de la UE.
Pero nuestro Gobierno y los partidos que lo sustentan, probablemente, están en otra onda. CC en la búsqueda de alguien que les permita conservar el poder en las próximas elecciones, emulando a Diógenes yendo de sede en sede con una lámpara encendida (cargo remunerado) diciendo que “buscaba hombres” (honestos). Fernando Clavijo niega que el sistema para designar el candidato para 2015 deje a la formación dividida, olvidando el pequeño detalle de que los partidarios de unos y otros, en realidad no luchan por buscar lo mejor para Canarias, sino para tener, o seguir teniendo, un cargo remunerado los que ganen y los perdedores el paro o la vuelta a su profesión privada, los que la tengan, pero ya sin sueldo público.
Por su parte, Julio Cruz en nombre de un PSOE sumido en luchas internas iguales o peores que las de su socio CC, no duda en afirmar que el Gobierno de Canarias es “fuerte y cohesionado”, en otras palabras, conchabados para siempre. Pero la historia demuestra que la fidelidad de CC sólo suele durar hasta que las elecciones se acerquen, cuando rompen los juramentos de unión eterna para poder distinguirse ante los ciudadanos y tener a quien culpar.
Para explicar bien lo que la gente suele entender por “conchabo”, máxime cuando se habla de pactos entre partidos políticos distantes ideológicamente, como siempre, no está de más recurrir al DRAE. La acepción primera habla de unir, juntar o asociar. La cuarta introduce un matiz coloquial: ponerse de acuerdo para un fin, con frecuencia ilícito. Pero la tercera acepción parece redactada y es de uso común en la América meridional, para estos casos de partidos políticos conchabados: contratar a alguien para un servicio de orden inferior, generalmente doméstico. ¿Y no es justamente eso lo que siempre ha hecho CC, alternativamente al conchabarse con el PP y con la PSOE alternativamente?
Las opiniones de los columnistas son personales y no siempre coinciden con las de Maspalomas Ahora.







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