La maestra Flora María Rodríguez Farray destaca la belleza y amabilidad turística de este caserío, que es cruce de cuatro carreteras entre los municipios fronterizos de San Bartolomé de Tirajana y Tejeda
La joven maestra de Primaria especialista en educación musical y animación sociocultural, Flora María Rodríguez Farray, leyó este jueves el pregón de las fiestas del barrio de Ayacata, dedicadas por sus vecinos a la Virgen del Carmen y San Antonio.
La lectura del pregón ante los vecinos de este pequeño pago cumbrero se llevó a cabo en la plaza y al abrigo de la iglesia, a las 10:30 de la noche, dedicado a la patrona y como anticipo de la verbena de amanecida que amenizaron las bandas Calima Tropical y Güira Latina.
Fue un pregón corto y muy sencillo, dirigido sobre cuatro pilares a recordar la veneración del barrio por la “hermosa estrella de los mares”; a loar la belleza del marco ambiental y paisajístico de este fronterizo “caserío compartido entre los municipios de San Bartolomé de Tirajana y Tejeda”; a recordar sobre todo a los vecinos ausentes o fallecidos que con fuerte ahínco y lucha diaria contribuyeron a forjar la historia social y familiar de Ayacata y, finalmente, a invitar a los presentes al disfrute de la fiesta.
“Me resulta muy difícil encontrar las palabras idóneas para transmitirles el orgullo y la satisfacción que siento al verme reunida aquí con ustedes en este día tan especial”, le dijo a los vecinos la pregonera en los prolegómenos de un pregón que hizo “con muchísima ilusión, con total entrega y desde el cariño más profundo”.
Flora Rodríguez señaló que las fiestas de Ayacata son “un estallido de alegría en el calendario que rompe el curso monótono del año, y suponen la ocasión para honrar a nuestros patronos y compartir en familia el placer de unos días festivos ganados con el pulso de la laboriosidad que les honra y les ha dado a conocer en toda nuestra isla”, dijo.
Geografía económica
La pregonera resaltó la importancia geográfica del caserío, donde convergen cuatro carreteras, como paso y parada obligatoria para todos los que visitan la ruta centro de Gran Canaria. También destacó “la belleza agreste” de este núcleo hospitalario situado a cerca de 1.310 metros de altitud, “dignificado por su modestia y sencillez, y vigilado por los riscos pétreos del Fraile y El Montañón”, afirmó.
Rodríguez Farray también hizo mención a la importancia económica estratégica y paisajística pasada y presente del cultivo del almendrero en toda la zona, y del auge del turismo rural y de las distintas disciplinas y modalidades deportivas en el medio natural, “que han hecho de Ayacata un punto de referencia para senderistas, ciclistas y escaladores”.
La pregonera también tuvo “un recuerdo sentido” para “todos aquellos que nos precedieron y que con tanto ahínco lucharon, con los escasos medios de la época, para que sigamos venerando a nuestra patrona y copatrono, y sigamos disfrutando de nuestras costumbres. Debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que perduren en el tiempo”, señaló.
En el pregón no faltó el humor irónico. “Vivimos momentos convulsos, preocupantes e inquietantes. Ya somos unos expertos en primas de riesgo y a este paso seremos conscientes del riesgo que tienen las primas, las tías, las sobrinas y demás familia. Pero no perdamos la fe y pidamos a nuestra patrona y copatrono que nos den fuerzas para seguir unidos en estas gratificantes reuniones anuales donde se encuentran viejos amigos y familiares”, dijo.








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