Las prostitutas nigerianas provocan el estado de pánico en la noche sureña

Al llegar la media noche, las calles de la zona de ocio nocturno de Playa del Inglés se convierten en una trampa con consecuencias incalculables para turistas y residentes ante la reaparición de una banda formada por decenas prostitutas africanas de origen nigeriano que atracan, roban y propinan palizas en busca de dinero.

La salida de los locales de ocio nocturno de los centros comerciales Kasbah, Metro y Plaza se convierte en un camino de incertidumbre entre zonas oscuras y poco transitadas (en la mayoría de los casos) cuyas víctimas tienen que enfrentarse al acoso de estas nigerianas que actúan en grupo y que no cesan hasta alcanzar su objetivo: recaudar miles de euros que sus proxenetas (que se ocultan por la zona) les obligan a llevar cada noche antes de amanecer con graves amenazas.

No es la primera vez que esta situación se produce en el sur de la isla, ni que se desmantela a un grupo organizado de ese tipo, pero pasan las décadas y la Administración y fuerzas de seguridad no solucionan un "serio problema que afecta a la economía de los empresarios y de la isla en general", coinciden todos los empresarios y profesionales turísticos consultados.

Propietarios de negocios nocturnos, relaciones públicas, camareros, residentes, turistas, taxistas, recepcionistas, y hasta los propios agentes del orden han denunciado el estado de pánico nocturno en la zona.

En este sentido, los empresarios sugieren a la Administración la misma diligencia en este tema que, con los ruidos, horarios y las terrazas, entre otras normas, ya que la vigilancia y control de la zona es crucial para evitar el descenso de turistas y empleos.

"Hay turistas que ya no vienen a la isla; turistas que comentan lo ocurrido en su entorno y difunden los delitos sufridos en las redes sociales y portales turísticos", aseguran.

Incluso, existen empresarios que sólo ven como explicación posible que estas bandas estén perfectamente organizadas y protegidas. "Nadie entiende como, incluso, amenazan a los miembros de la seguridad privada y no actúen los encargados de velar por la seguridad pública", añaden.

"En este país funciona al revés, el legal es acosado, y al ilegal no le hacen nada", afirmó uno de los empresarios más afectados que no oculta su enfado y a la vez frustración con el trabajo de los agentes del orden público.

Dispositivo

Por su parte, el concejal de Seguridad de San Bartolomé de Tirajana, José Carlos Álamo, ha reconocido los problemas que afectan al empresariado, turistas y residentes provocado por estas bandas organizadas y avanzó la creación de un dispositivo específico.

La actuación consistirá en el incremento de la vigilancia y control de las zonas afectadas de manera conjunta entre la Policía Local y el Cuerpo Nacional de Policía.

Por otra parte, mientras un sector de la Policía Nacional considera que este problema se erradica con la creación de una ordenanza específica al tratarse de competencias municipales, el concejal de Disciplina Urbanística, Fernando González, precisó que la ordenanza de civismo ya prohibe la prostitución en la calle.

En su opinión, es un problema de "difícil solución" desde la Administración local, fundamentalmente por la inseguridad jurídica en la que está inmerso el problema, donde la mayoría de las detenidas se encuentran indocumentadas, no se les puede retener y son insolventes para pagar las sanciones.