L. Santana Expósito.- El apetito desmesurado que a muchos seres humanos les ha invadido últimamente para hacerse notar en esto de la política, hace que les dedique estas líneas , donde la lujuria –deseo de tener algo en abundancia….- hacen que estos personajes ansiosos de poder, lleguen a la misma con el único fin de asegurarse unos dispendios millonarios que les garantice una existencia dineraria para el resto de sus días lo que les hace totalmente invulnerables ante sus conciudadanos. Como dice un buen amigo mío, no les importa nada, solo la iniquidad del poder, que los endiosa y hace que cada día estén más lejos del pueblo, su liviandad alcanza unas cotas estratosfericas y dada su situación preponderante hasta ignoran las carencias de los demás, solo les mueve la codicia de tener cada día más, -cosa que obtienen con facilidad- la caridad deja de ser en ellos una virtud para convertirse en una majadería –desde su punto de vista-, que algunos infelices alegan con razón dada su situación económica llena de precariedades que incluso les impiden satisfacer sus necesidades fisiológicas más elementales como podría ser comer decentemente o tener un techo donde poder vivir, -ver el caso de las viviendas de El Castillo, donde al parecer las apetencias de un político inadecuado impide a los habitantes de este barrio ocupar unas casas que por derecho les corresponden- pero que ellos desde su urna de cristal no quieren ver lo que le ocurre a una parte muy importante de la ciudadanía, ya que su vanidad les hace sentirse superiores al resto de los humanos y por consiguiente obviar sus necesidades más perentorias.
Es patético y hasta me causa risa ver como la alcaldesa le dice a sus concejales que participen en el festival que se va ha celebrar a favor de los damnificados del incendio de hace unos días, que consiste según parece en adquirir localidades para el mismo cuyo valor esta en la irrisoria cantidad de seis euros, ¿porque no se adhieren a la calamitosa situación de estas pobres gentes donando parte de sus sueldos millonarios?, sería un loable acto de solidaridad, pero no están por la labor, tocarles el bolsillo sería para ellos como arrancarles algún miembro de sus anatomía, así son los políticos con los que tendremos que lidiar durante cuatro años, salvo que ocurra algo que los aúpe de su inadecuada poltrona, cosa esta que podría suceder, ya que como dice el refrán, no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista.
Los que tienen el privilegio de gobernar, cosa fácil hoy día, ya que solo les basta afiliarse a un partido e ir en una lista, donde lo de menos es la preparación y el talante del sujeto, y tener la suerte de ser elegido en las urnas, a partir de ahí todo es coser y cantar, ya que en la mayoría de los casos no se implican en los problemas del pueblo al cual sistemáticamente le dan la espalda, solo se obligan a ir los plenos y a los despachos quien lo hace, ponerse buenos sueldos y olvidarse de quienes lo eligieron, lo demás es obviado ya que como dice algunos con una desfachatez desnaturalizada, -yo no estoy aquí para eso-, yo les preguntaría ¿para que están ustedes para cobrar a fin de mes y que los problemas que nos aquejan ser resuelvan por si solos?. Esta queja es muy común en muchas personas del municipio que yendo a resolver algún tema relacionado con el ayuntamiento, reciben esas respuestas o no son recibidos. Lamentable pero cierto.
El poder es muy goloso y los que lo desempeñan se olvidan que fueron ciudadanos de a pie y que el cargo que ostentan es temporal. Como es lógico, mañana cuando vuelvan a sus labores cotidianas serán rechazados y marginados por el resto de la sociedad, como así le ha ocurrido a más de uno, que teme incluso salir a la calle. El político tiene que ser generoso, y tratar a sus vecinos con afecto y cariño y no pasar de ellos como esta ocurriendo en la actualidad, las buenas obras siempre serán recordadas, lo malos tratos nunca se olvidan y el autor o autores de ellos serán siempre mal vistos y el rechazo de la sociedad será unánime.







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