Miedos

Los dos grandes partidos, siguiendo el guion establecido en las pasadas elecciones europeas con la abundante pérdida de votos, se hicieron el haraquiri en las Cortes al hacer causa común en la defensa de la monarquía. En el PP, donde también hay mucho republicano (aunque no lo parezca), se puede entender, porque es un partido de derecha que tiende al quietismo, al continuismo y al conservadurismo.  

  La derecha siempre suele estar con el poder establecido. Es hasta normal, aunque dentro muchos critiquen la monarquía con la boca chica. Hay una confusión garrafal que consiste en creer que los republicanos son necesariamente de izquierdas y los monárquicos de derechas. No es una cuestión de ideología sino de sentido común: o el jefe del Estado es un cargo dinástico que se hereda de padres a hijos o es elegido democráticamente entre todos los ciudadanos. Lo demás es rizar el rizo.

  Pero el que ha hecho el ridículo padre es el otro partido del bipartito, el PSOE, que aun reconociendo sus dirigentes sus raíces republicanas prefiere seguir apoyando la monarquía en contra de sus bases. Aquellos jóvenes melenudos con chaqueta de pana de la transición parecen hoy unos abuelitos reaccionarios que echan migas de pan a las palomas en el parque. Quien ha visto a Felipe González y a Alfonso Guerra y quien los ve.
  Vivimos en un país inmaduro donde los gobernantes tratan al pueblo como si fuera un jardín de infancia. 

Tenemos una democracia enferma en la que no se puede decidir, casi no se puede uno manifestar y dentro de poco prohibirán la libertad de pensamiento. No podemos elegir el sistema de Estado, los catalanes no pueden decidir su futuro y los canarios no tenemos voz ni voto en las prospecciones petrolíferas cerca de nuestras costas.

 El Gobierno central minimiza las masivas manifestaciones igual que Franco ninguneaba las protestas ciudadanas contra la dictadura. Por mucho que la delegada del Gobierno diga que solo se manifestó el 2,5% de los canarios, ella sabe que la mayoría está en contra de su Gobierno. Si esa es la excusa del PP, que se la apliquen sus dirigentes. Dicen que seguimos con la monarquía porque la mayoría del Congreso la quiere. Es mentira. En el PSOE no la quieren pero se tapan la nariz para votarla. Además, al PP, aunque tiene mayoría absoluta, ni siquiera lo votó la cuarta parte de la gente en las elecciones generales. Por lo tanto, no representan el sentir general de la población.

Si tan seguros están de que queremos monarquía y petróleo, ¿por qué no convocan una consulta? Se palpa el miedo porque se les acaba el chollo.