Babosería

Los del bipartidismo siguen sin entender nada. Alejados como están de la calle, aún no han digerido el notable descenso de votos en las últimas elecciones y, en vez de cambiar de estrategia, se han enrocado en sus posiciones.

  Mientras miles de españoles han salido a la calle para reivindicar la república tras la renuncia del rey, los dirigentes del PP y PSOE no han hecho más que adularlo. El monarca creía que abdicar era una casa de coches de alquiler y por eso ha tardado 39 años en hacerlo.

  El peloteo del PP al rey era previsible, aunque no tanto el del PSOE, que ha renunciado a sus raíces republicanas y se ha apuntado al carro oficialista de la babosería, negando la palabra al pueblo para que decida libremente si quiere república o monarquía.

  La campaña laudatoria del rey ha hecho ruborizarse a más de uno. Hasta el más convencido monárquico podría fácilmente convertirse al republicanismo solo por vergüenza ajena. Tanto tostón no puede pasar desapercibido a nadie.

  El poder siempre tiene miedo a ejercer la democracia sin tapujos ni ambages porque teme que el pueblo lo contradiga y censure. La monarquía tiene poco que ver con la democracia porque el jefe del Estado no lo elige la gente sino que se impone por privilegios sucesorios de sangre.

  Los gobiernos temen que el pueblo se pronuncie por el sistema político que quiere, por su autodeterminación o por el petróleo. Solo quieren democracias formales.

  El visto bueno del Gobierno de España a las prospecciones de Repsol en aguas cercanas al archipiélago la víspera de la celebración del Día de Canarias es una provocación, un insulto y una falta de respeto. Es como si el ejecutivo de Rajoy hubiera dicho a los canarios: ¿no quieren petróleo?, pues tomen dos tazas.

  Ni Paulino Rivero ni la Virgen del Pino pudieron frenar las ansias de Soria por sacar petróleo de donde igual no lo hay.  La decisión gubernamental sobre el petróleo ha sido un chiste malo y redundante. Humor negro sobre el oro negro.