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Viviendo en San Borondón

Tracatrá, tracatrá, tracatra, chu-chú

JOSÉ F. FERNÁNDEZ BELDA Ver comentarios 1 Lunes, 02 de Junio de 2014 Tiempo de lectura:

Ahora vuelve Bravo de Laguna a desempolvar un viejísimo guineo, considera que hay que relanzar el proyecto del tren de Gran Canaria.

Se acerca rápidamente el verano y con él los vacacionales anuncios de grandes obras, pompas y fastos.  Los hacen los políticos, paradójicamente, cuando más cabreados están las gentes por el sablazo de hacienda, ese que dijeron que bajarían Rajoy y Montoro tanto monta como nos monta tanto Montoro como Rajoy. Será la bajada que anunciarán cuando se acerquen las elecciones de verdad.  Así viene ocurriendo cada año tras superar el sarpullido primaveral que suele afectar y excitar el ánimo gastador de lo ajeno de los políticos con acceso al erario.

Ahora vuelve Bravo de Laguna a desempolvar un viejísimo guineo, considera que hay que relanzar el proyecto del tren de Gran Canaria.  Hace ya casi dos décadas, el ex concejal de turismo de San Bartolomé de Tirajana, Antonio Romero Aumente, un buen analista del sector turístico, gran amigo y amigo grande, analizó certeramente este dislate en un artículo que llamó “El cha-cha-chá del tren”.  Sus argumentos son en esencia mismos que se esgrimen hoy para considerar lo inadecuado y despilfarrador de esta reiterativa propuesta política.

Sin hacer demasiados análisis, cansinos ya a estas alturas, la creencia manifestada por el presidente del Cabildo Insular de que “sería rentable” una línea que uniera la capital con el sur, por la alta población dice para justificarlo, es muy matizable. Para empezar, la época en que las creencias dictaban el gastar los dineros de los demás deberían estar superadas por análisis económicos serios, no los encargados a instancia de parte interesada.  Es de sobra conocido que este tipo de estudios dicen lo que quiera que diga quien los paga. 

En segundo lugar, habría que recordarle que el que haya una gran población viviendo más o menos cerca de las cabeceras de esta línea no significa que la gran mayoría de los viajeros tenga origen en la capital y destino Maspalomas o viceversa.  La realidad que muestran las estadísticas de transporte es que no es así, que lo que existe es casi un continuo urbano de unos 60 km de largo, una conurbación urbana lo llaman los expertos en transporte.

No deja de ser una verdad a medias lo de que Bravo cree, espera o desea, “que sea rentable”.  Lo que no se sabe exactamente para quien.  Sin duda será muy rentable para los profesionales a los que se les ha encargado ya, y se seguirá haciendo en el futuro, los proyectos de infraestructuras y de las estaciones intermedias.  También sería rentable para los contratistas e intermediarios diversos, los activos y los pasivos. 

Pero a estas alturas ya nadie puede dudar que sería un despilfarro monumental, no sólo los 1.500 millones de euros iniciales que acabarán, como es costumbre en las obras públicas, transformándose en no menos de 3.000, sino también los varios centenares de millones de euros que cada año constará el mantenimiento y los fondos para cubrir el déficit. 

También será rentable para los innumerables cargos públicos, trabajadores y sindicalistas que acaben en sus órganos de gestión, es un decir.  Pero para los contribuyentes, a los que se exprimen sin piedad los faraones carnavaleros de turno, no será nada rentable.  Por eso no hay ninguna empresa privada que quiera hacerse cargo del asunto sin que le aseguren una buena morterada en subvenciones.  Nadie quiere ni busca arruinarse voluntariamente.

Pero como cuando los políticos se empeñan, los derroches que maquinan son imparables, (recuérdese ahora lo de los Planes “E”, o planes “¿Eh?”), no estaría nada mal que Bravo de Laguna lograra el traslado desde Tenerife de los restos de Fernando de Guanarteme, el que fuera último rey aborigen de Gran Canaria, para que presida la inauguración o sea el maquinista a título póstumo.  El tracatrá, tracatrá, tracatrá (con la música de “El Bayón del negro zumbón” cantada por Silvana Mangano) y el chu-chu de Glenn Miller en Chattanooga Choo Choo, seguro que constituirían un atractivo internacional turístico a escala planetaria, como proclamó Leire Pajín.

Las opiniones de los columnistas son personales y no siempre coinciden con las de Maspalomas Ahora.

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