Rubalcaba dinamita (o eso quiere) las primarias

El PSOE lo lleva clarinete como las bases se dejen chalanear el proceso de
primarias que tan perfectamente había quedado encajado para el segundo
semestre de año. Los resultados calamitosos en las elecciones europeas han
provocado una catarsis de tal magnitud que han obligado (aparentemente) a
Alfredo Pérez Rubalcaba a dejar su cómoda poltrona y, al mismo tiempo,
olvidarse de los sueños de ser el cabeza de lista para las generales de
2015.

Empero, el que tuvo retuvo y Rubalcaba, como el Generalísimo en sus
tiempos, quiere dejar todo atado y bien atado con la celebración de un
Congreso extraordinario para el mes de julio y del que, curiosamente,
podría salir por aclamación el nuevo líder del socialismo español. A nadie,
con dos dedos de frente, se le ocurriría pensar ni por lo más remoto que a
la vuelta del verano se harían unas primarias. Nadie elige a un secretario
general por dos meses. Vamos, iba a durar menos que Juan Pablo I como Papa
de Roma.

Y eso es lo que temen los que tienen más opciones de presentarse a esas
primarias, Carmen Chacón y Eduardo Madina. Ambos consideran que ese
Congreso Extraordinario les eliminaría de raíz toda posibilidad de poder
optar a la poltrona socialista. La estrategia que sospechan que hay por
detrás es la de colocar a la nueva esperanza del PSOE, la presidenta
andaluza Susana Díaz. Hay que tener en cuenta que Andalucía tiene un peso
esencial, tanto como un 25% y es difícil que un candidato salga sin el
apoyo del socialismo del sur en ese tipo de congresos. En unas primarias
donde votarían los afiliados, la cuestión cambiaría bastante.

Por eso, en el PSOE (igual que en el PP) tienen tan poca querencia a los
procesos de primarias, porque los que dirigen el cotarro desde hace décadas
temen que se les cuelen aspirantes no deseados, socialistas de base con
verdaderas ideas renovadas y renovadoras que den el cambio necesario al
partido y que le quiten de una vez por todas ese olor a naftalina (y a