La Fiscalía pide 15 años de internamiento psiquiátrico al acusado que presuntamente apuñaló a su pareja la madrugada del 23 de octubre de 2012
La Fiscalía ha solicitado este martes a la Audiencia de Las Palmas 15 años de internamiento psiquiátrico para un hombre al que acusa de haber intentado matar a puñaladas a su pareja, en San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria), durante un brote psicótico.
El acusado, Michele C., de nacionalidad italiana, se encontraba con su pareja, S.L., en la vivienda que ambos compartían, cuando la madrugada del 23 de octubre de 2012, cogió presuntamente un cuchillo de la cocina y, sin mediar discusión alguna, asestó varias puñaladas a la mujer a la altura del abdomen y continuó apuñalándola en glúteos y muslos cuando ella se encontraba ya en el suelo.
De acuerdo a los testimonios ofrecidos en el juicio tanto por el acusado como por la víctima y varios testigos, Michele C. dejó encerrada en el domicilio a su pareja, malherida, de forma que ella no pudiera salir.
La mujer consiguió llamar por teléfono a unos vecinos amigos que acudieron en su auxilio, pero al no poder abrir la puerta, avisaron a la Policía, que logró derribarla y entrar en el domicilio.
Tras la agresión, el hombre se fue del lugar pero se quedó en un jardín cercano a la vivienda, donde los agentes policiales lo detuvieron poco después.
Durante la vista celebrada hoy, el agresor ha reconocido los hechos y ha indicado que no sabe qué le sucedió ese día y que no tenía intención de matar a su pareja sentimental.
La mujer ha asegurado, por su parte, que ambos tenían "una relación maravillosa" y que él nunca había manifestado ningún comportamiento violento, por lo que la agresión le cogió totalmente desprevenida.
Asimismo, ha relatado que él sufría una situación de mucho estrés debido a dificultades en el trabajo y que unos días antes de agredirla ambos acudieron a un centro médico porque él decía que tenía "algo en la cabeza".
De acuerdo al testimonio de la víctima, poco antes de la agresión su compañero sentimental decía "tengo miedo, tengo miedo", por lo que ella creyó que podía creer estar viendo a algún enemigo e intentó quitarle el cuchillo.
Según el criterio de los forenses que lo han examinado, el presunto agresor podría estar sufriendo un episodio psicótico que le hizo reaccionar de manera extrema ante una situación irreal.
En un estado de delirio, el hombre habría actuado con la intención de defenderse pero no de matar a su pareja sentimental y, probablemente, habría atacado a cualquiera que hubiese estado delante de él en ese momento, de acuerdo con los forenses.
Tras la vista celebrada hoy, el caso ha quedado visto para sentencia.
El fiscal considera que se trata de un delito de asesinato en grado de tentativa, con el agravante de parentesco y el eximente de alteración mental, y solicita para el acusado el internamiento en un establecimiento psiquiátrico durante un tiempo máximo de quince años, así como el alejamiento de la víctima que le impida entrar en el municipio de San Bartolomé de Tirajana.
La defensa cree que el hombre no tenía intención de matar a su pareja sentimental y que se trata de un delito de lesiones, penado con entre dos y cinco años de prisión, y pide que, en caso de que se considere que es autor de un delito de asesinato en grado de tentativa, se le ingrese en un centro psiquiátrico.
El acusado, Michele C., de nacionalidad italiana, se encontraba con su pareja, S.L., en la vivienda que ambos compartían, cuando la madrugada del 23 de octubre de 2012, cogió presuntamente un cuchillo de la cocina y, sin mediar discusión alguna, asestó varias puñaladas a la mujer a la altura del abdomen y continuó apuñalándola en glúteos y muslos cuando ella se encontraba ya en el suelo.
De acuerdo a los testimonios ofrecidos en el juicio tanto por el acusado como por la víctima y varios testigos, Michele C. dejó encerrada en el domicilio a su pareja, malherida, de forma que ella no pudiera salir.
La mujer consiguió llamar por teléfono a unos vecinos amigos que acudieron en su auxilio, pero al no poder abrir la puerta, avisaron a la Policía, que logró derribarla y entrar en el domicilio.
Tras la agresión, el hombre se fue del lugar pero se quedó en un jardín cercano a la vivienda, donde los agentes policiales lo detuvieron poco después.
Durante la vista celebrada hoy, el agresor ha reconocido los hechos y ha indicado que no sabe qué le sucedió ese día y que no tenía intención de matar a su pareja sentimental.
La mujer ha asegurado, por su parte, que ambos tenían "una relación maravillosa" y que él nunca había manifestado ningún comportamiento violento, por lo que la agresión le cogió totalmente desprevenida.
Asimismo, ha relatado que él sufría una situación de mucho estrés debido a dificultades en el trabajo y que unos días antes de agredirla ambos acudieron a un centro médico porque él decía que tenía "algo en la cabeza".
De acuerdo al testimonio de la víctima, poco antes de la agresión su compañero sentimental decía "tengo miedo, tengo miedo", por lo que ella creyó que podía creer estar viendo a algún enemigo e intentó quitarle el cuchillo.
Según el criterio de los forenses que lo han examinado, el presunto agresor podría estar sufriendo un episodio psicótico que le hizo reaccionar de manera extrema ante una situación irreal.
En un estado de delirio, el hombre habría actuado con la intención de defenderse pero no de matar a su pareja sentimental y, probablemente, habría atacado a cualquiera que hubiese estado delante de él en ese momento, de acuerdo con los forenses.
Tras la vista celebrada hoy, el caso ha quedado visto para sentencia.
El fiscal considera que se trata de un delito de asesinato en grado de tentativa, con el agravante de parentesco y el eximente de alteración mental, y solicita para el acusado el internamiento en un establecimiento psiquiátrico durante un tiempo máximo de quince años, así como el alejamiento de la víctima que le impida entrar en el municipio de San Bartolomé de Tirajana.
La defensa cree que el hombre no tenía intención de matar a su pareja sentimental y que se trata de un delito de lesiones, penado con entre dos y cinco años de prisión, y pide que, en caso de que se considere que es autor de un delito de asesinato en grado de tentativa, se le ingrese en un centro psiquiátrico.
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