Puntos de información turística

Disponer de una red de puntos de información turística a lo largo y ancho de cada una de las islas, es una necesidad obvia en cualquier destino turístico que se precie, se tenga a sí mismo por tal y quiera realmente ofrecer un servicio de gran utilidad para los visitantes que esperan conocer los lugares de interés, la oferta cultural, deportiva, gastronómica o de ocio en general.

Lo que ya no sería tan obvio es la forma de ofrecer ese servicio y seleccionar los lugares óptimos donde ubicar los puntos de información turística.  En tiempos de austeridad y necesaria eficacia a la hora de gastar los cada vez más escasos fondos públicos, se nota una total ausencia y deseo de racionalizar este asunto por los numerosos organismos públicos en los que se han depositado esas competencias de forma redundante y derrochadora.

Porque así lo han decidido los políticos, no porque tenga algún sentido económico, cada ayuntamiento y cada cabildo gestiona sus propios puntos de información turística al margen del resto, sin que haya la más mínima instrucción para que en cada uno de ellos se informe de los asuntos de interés del resto. Por ejemplo, en los quioscos gestionados por el Ayto. de LPGC ubicados en San Telmo y en la Plaza de Las Ranas casi sólo se ofrece información local y prácticamente nada del resto de los municipios de la isla.  Si algún turista quisiera información sobre algo de interés o un evento a celebrar en otro municipio, con suerte se le desviará al Patronato de Turismo en Triana.  Pero para eso el turista deberá conocer previamente la existencia de lo que quiere saber, pues nadie pregunta por lo que desconoce que existe.

Es bien conocido el irrefrenable instinto de los políticos para multiplicar artificialmente los organismos, aunque sean totalmente redundantes, para llenarlos de un evidente exceso de personal contratado con cargo a los contribuyentes, pues así pueden ejercer con mayor visibilidad lo que se llama “el poder”, materializado en la capacidad de gastar o derrochar y en poder enchufar al erario a las personas que estime conveniente, normalmente según sus intereses electorales.  En este ejemplo del sector turístico, si se tiene en cuenta que el turista no distingue muy bien las divisiones administrativas municipales o insulares, ni tiene por qué ni el menor interés en saberlas, ¿no sería más racional y eficaz, a la vez que se ahorraría una importante cantidad de dinero público en locales y personal, que en cada punto de información turística se pudiera informar de todo aquello de interés en Gran Canaria, fuera cual fuera el municipio donde se encuentre ubicado dicho punto?

Por otro lado, esos puntos de información debieran estar ubicados en lugares estratégicos para mejor ofrecer esos servicios de ayuda a los turistas.  No basta con decir que hay tantos en la isla, o en tal o cual municipio, si el local no está ubicado en el sitio de paso adecuado para ser visto fácilmente por los interesados.  Y eso al margen de colocar una eficaz cartelería callejera que informe de su ubicación y permita localizarlos.  Como ejemplo de posible mala ubicación podría ser el instalado en el Aeropuerto de Gran Canaria, dentro de la sala para recogida de equipajes de los viajes comunitarios.  Si bien cualquier lugar de entrada de viajeros es un sitio donde no debiera faltar la información turística, en este caso el quiosco está ubicado justo en el lugar por donde se entra medio despistado y cansado del vuelo, con la preocupación de saber dónde está la cinta de recogida de equipajes.  Parece obvio que no es el sitio ni el momento para que nadie se preocupe de buscar folletos informativos.  Bueno, obvio para el viajero, no para el político cabildicio que lo ha ubicado allí… ¡Bendito sea Dios!