Viviendo en San Borondón
La RTVC como servicio público (3)
El derroche es aún más evidente si la partida presupuestaria es presentada por los manirrotos nacionalistas del cada vez más escaso tesoro público
El derroche es aún más evidente si la partida presupuestaria es presentada por los manirrotos nacionalistas del cada vez más escaso tesoro público, para hacer espacios y programas ectoplasmáticos, por el contenido y por el medio de transmisión, dicen ellos que informativos o formativos aunque en realidad son, evidentemente, propagandísticos o simplemente lúdicos y mucho más caros de producir que en las televisiones privadas donde podrían tener cabida. En realidad sería más exacto llamar a estas últimas televisiones de titularidad pública con gestión privada pues, en un ejercicio obvio de liberticidio legalizado, no en vano son concesiones habitualmente graciables, como se está viendo en los tribunales del derecho.
Un segundo ejemplo de cómo este juguete para la “agitpro”, no es casual que tratándose de la emisora de radio autonómica la proclamen “la Radio Nacional de Canarias, la nuestra”, no cumple con la función informativa y formativa es el casi total desprecio por el mundo de la universidad. Es curioso recordar cómo la movilización de masas más importante realizada en Gran Canaria, la que reclamó una Universidad, no ha tenido continuidad en los medios de comunicación salvo para dar noticias de cosas fuera de lo normal, por eso son tratadas como “noticias”, ignorando la cotidianidad de la función docente y de convivencia de tantas personas, que además son potenciales votantes aunque a veces parezcan antisistemas.
Con una población directamente afectada de más de 25.000 personas, si sólo se habla de la ULPGC y el doble si se incluye a La Laguna, que yo conozca, no hay ningún programa local o nacional que trate su problemática de forma permanente e informe de las actividades que en su seno se realizan. Si a estas personas les sumáramos los familiares directos, la población posiblemente interesada superaría la que reside en muchas capitales de provincia nacionales.
Un espacio semanal que informara y permitiera el debate entre la visión institucional (Consejería, Rectorado, Decanato de los centros, departamentos docentes, etc.), y desde el punto de vista de los alumnos (organizaciones estudiantiles, delegaciones de alumnos en los centros, padres de estudiantes, etc.) de las distintas problemáticas que afectan al mundo universitario, creo que sería muy bien recibido y seguido por una amplia audiencia.
Se trataría de un intento serio y formal de unir el mundo universitario con el mundo real, pudiendo abrir vías de comunicación que posibiliten a la universidad conocer y estudiar los problemas reales que la sociedad Canaria le plantea, distanciándose de su actual ombligismo. Y, viceversa, informar de qué está haciendo la Universidad por esta sociedad que la costea con tantos sacrificios y recortes en otras partidas para poder sufragarla.
El programa podría ser algo así como hablar de la realidad académica y social contada y debatida por sus propios protagonistas. Qué seminarios o actividades se pueden ofrecer a los alumnos y a la sociedad en general. La formación y el reciclaje permanente de los adultos es una labor social importante que bien podría cubrir la Universidad en el ámbito de sus competencias propias. La orientación profesional a los jóvenes de BUP y COU, la problemática de los comedores, el acceso a los campus, las residencias para estudiantes, cursos y becas en otros lugares de España o del extranjero, etc.
Esta serie podría abrirse de forma inmediata con entrevistas realizadas a los equipos rectorales, para que expliquen sus proyectos a toda la sociedad de forma clara y no en farragosos textos de “cienes y cienes” de folios plenos de palabrería y poca síntesis. También pudiera trasladárseles públicamente las preguntas que los grupos de profesores, alumnos o el Consejo Social quisieran hacerles publicamente, tendentes a concretar algunas de sus promesas electorales o expectativas de futuro. En otras palabras: crear un foro de debate público que ligue las aspiraciones de la sociedad y del mundo universitario, romper la barrera de incomunicación entre ambas. La adecuada formación de los jóvenes, al margen de ideologías políticas, es una cuestión prioritaria para el futuro inmediato y el empleo.
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sonia | Domingo, 10 de Noviembre de 2013 a las 21:42:08 horas
No le quito razón y equidad a su escrito, confío que ésta generación de jóvenes profesionales y bien formada pueda cambiar el futuro de éste país, son nuestra esperanza.
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