La campaña de acoso y estrangulamiento que ha emprendido la Consejería de Sanidad contra el Hospital San Roque Maspalomas no tiene precedentes en la Sanidad Canaria. 28 trabajadores despedidos, dos plantas cerradas, cuatro quirófanos infrautilizados y millones de euros en pérdidas es parte del balance de años de conspiración contra el centro sanitario. La imagen es tercermundista para los que son víctimas de estos injustificados cierres y que deben desplazarse a Las Palmas de Gran Canaria para recibir tratamiento, por no citar a los turistas que son testigos de este despropósito. En los años ochenta se iniciaron las movilizaciones para conseguir un hospital comarcal, y cuando se logra construido bajo las directrices del Gobierno de Canarias, lo bombardean hasta arrastrarlo a la quiebra. Es curioso que estas cosas no ocurran en el sur de Tenerife con un grupo sanitario privado, Hospiten, que concierta los servicios públicos con el Gobierno de Canarias y funciona estupendamente. Lo más lamentable es que los principales perjudicados son los propios pacientes que temen por su salud y sus vidas. En este sentido, es de elogiar la iniciativa de San Roque Maspalomas que, a pesar de que Sanidad le ha prohibido atender a los pacientes que acudan directamente y no derivados de su centro de salud a Urgencias con la tarjeta pública sanitaria, son atendidos con total profesionalidad y de manera gratuita respetando así el juramento hipocrático de cualquier profesional de la medicina con ética y dignidad.
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Canarii | Jueves, 02 de Mayo de 2013 a las 01:55:07 horas
No es una empresa privada?, ahora nos venden que depende da la administracion publica para seguir.
No señores, no busque culpables en donde no los ay.
En su dia se vendio como un gran hospital privado y como negocio. Sobre propiedad publica que no se pago. y ahora con esta. Simplemtente quieren quitarse personal de ensima y culpar a otras, fuerte morro.
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