Gran Canaria cuenta con 98 megavatios de potencia instalada menos tras la clausura, producida en cumplimiento de la normativa europea
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Fuentes de la compañía Endesa explicaron así a La Expresión que los tres grupos de Jinámar dejaron de funcionar a principios de año porque la normativa europea sobre emisiones estableció su límite de funcionamiento en 2015 o al superar las 20.000 horas, que ya han sido alcanzadas.
Por otra parte, la potencia se ha ido incrementando en el Barrando de Tirajana, donde ya funcionan dos ciclos combinados y dos de vapor, aunque el tercer ciclo proyectado de momento no se podrá ejecutar.
Las nuevas inversiones, prosiguieron, tienen como fin tanto sustituir los equipos obsoletos como cubrir la nueva demanda, y ello se debe producir con antelación, antes de que se necesiten, pero en esta ocasión el proyecto para instalar nueva potencia en el sur quedará pendiente de la ley que tramita el Gobierno estatal, cuya borrador no permite sustituir equipos ni por razones técnicas, ni por aumento de demanda, ni para tener un grupo disponible en caso de avería o de trabajos de mantenimiento, tal como sucedía con los ahora clausurados, y además la ley prevé una retroactividad hasta el 1 de marzo.
Potencia actual
La Central de Jinámar tiene en este momento una potencia instalada de 288 megavatios (grupos de vapor, diesel y turbinas de gas), lo que supone cerca del 31% de la potencia instalada en régimen convencional en Gran Canaria, mientras la Central del Barranco de Tirajana cuenta con 646,3 megavatios, en este caso grupos de vapor, turbinas de gas y ciclos combinados, lo que implica el 69% restante de la potencia instalada en régimen convencional en la isla.
La potencia instalada en Gran Canaria asciende de este modo a 934,3 megavatios, 98,3 menos que el 31 de diciembre de 2012, cuando, antes de la paralización de los tres grupos de Jinámar, contaba con 1.032,6 megavatios.
La potencia instalada debe contemplar, aparte de la necesidad de cubrir la demanda, una reserva suficiente tanto para los momentos en que hay que parar grupos para sustituirlos como para afrontar incidencias y averías, por eso la instalación de equipos de generación “no puede parar”, aseguraron.
La demanda energética diaria en Gran Canaria es, en sus picos más altos del día, de 600 megavatios por hora, por lo que el suministro está cubierto, aunque se desconoce por cuánto tiempo y “lógicamente, nunca se espera a necesitarlo” para poner en marcha los nuevos equipos porque un proyecto como el del sur precisa varios años de trabajo, diseño del proyecto y ejecución, unos cinco si no se producen incidencias.
Desde 2008 que comenzó la crisis, la demanda eléctrica ha bajado, pero en 2012 la caída no solo se frenó, sino que subió en Canarias un 0,2 por ciento y se desconoce el comportamiento que tendrá en los próximos años, aunque es previsible que si la actividad económica aumenta, también lo haga la demanda.
La compañía no tiene la obligación de prever esta circunstancia dado que el mercado está liberalizado desde 1998, sin embargo ha considerado que mantener el suministro era su compromiso con las isla, si bien dada la ley que se tramita, no podrá realizar inversión alguna, concluyeron.
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