Un respeto a Doña Belencita

La Terraza el Rincón nunca dejará de soprendernos. Un bar de copas sin licencia para la actividad que desarrolla y denunciado por ruidos desde sus inicios, reabrió recientemente con la condición de evitar aquellas aglomeraciones galácticas del pasado en la vía pública y ruidos que afecten a los vecinos. Es más, dicen que el pacto consistió en cerrar la instalación a la primera denuncia vecinal. Estos días han habido novedades, entre ellas nuevas denuncias por ruidos que llegaron hasta el Estadio Municipal, a la espera ahora de la actuación de Disciplina Urbanística (que esa es otra). Pero quizás la novedad más significativa es la que se ha armado con el nombre del local. En el “equipo directivo” se han producido cambios y entre ellos han borrado la estela de “El Rincón”, por eso recientemente resucitó con el nombre de Belencita 1860, y aquí es cuando aparece el desencuentro. Resulta que ese es el nombre de la primera propietaria de esta antigua típica canaria, quien en opinión de sus amigos más íntimos consideran un despropósito hacia su memoria y falta de respeto absoluta la utilización del nombre para un local de copas y fiestas.