Vida en el coche patrulla

Como es norma, al contrastar por varias fuentes los hechos nos hemos llevado una sorpresa cuando en realidad descubrimos que aún restan unos 8.000 euros de presupuesto para combustible en lo que queda de año. Lo que ocurre en realidad es que, aquellos tiempos de policía americano en el que, los ocupantes del vehículo no se despegaban de los asientos y su tarea consistía en malgastar el cada vez más caro combustible llegó a su fin, y ahora hay que patear un poco más las calles, dejarse ver, y dialogar más con el vecino y turista que demanda sus servicios. Al menos esas son las nuevas directrices hacia un cuerpo dividido, perjudicado por las últimas decisiones laborales donde, además, se avecinan importantes desencuentros en función de la transparencia del tribunal de acceso a una plaza de su subcomisario.