De cuando el Seis Pesetas perseguía al maestro del pueblo

FELIPE ENRIQUE MARTÍN SANTIAGO Miércoles, 02 de Noviembre de 2011 Tiempo de lectura:

Con frecuencia, según la ocasión, el Seis Pesetas elegía uno de sus vasallos para lograr sus objetivos más inmediatos. La zanahoria para el amigo, el palo para el maestro del pueblo, fiel seguidor de don Francisco Giner de los Ríos, de la institución libre de la enseñanza, fundada en 1876, justo con el arranque de La Restauración.

Para asombro de todos, nombró a Pi 3,1416, dichete o nombrete de su fiel lacayo, defensor de los estudiantes.

Dentro de su supuesta preocupación, el cacique tenía claro su objetivo, enfrentar al alumnado con su maestro para justificar la supresión de su plaza, quitarse de encima al librepensador y seguir controlando su territorio.

El burro electoral y Pi 3,1416 eran los instrumentos elegidos para extender sus tentáculos por toda Tirajana. Daba igual que los niños aprendieran o no, mejor que no hicieran la o con un canuto, no querían semillas del libre pensamiento. El defensor del estudiante tenía como misión aplastar y suprimir la plaza del maestro, una perfecta ecuación matemática de un fiel esbirro del Seis Pesetas.

Aunque el cacique era de tercera categoría, aún así se le pegaba Pi 3, 1416. La erótica del poder, por muy poco que fuera, era atractiva. Qué tiempos aquellos, menos mal que ya no existe caciques.

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