Los silencios interesados
¿cuántas veces se informa, analiza y critica que, de promedio, 100,000 personas mueren cada día de hambre en nuestra Tierra?
La
gravedad de las problemáticas financieras, empresariales y laborales
que la gran crisis actual del sistema capitalista está provocando a lo
largo de todo el mundo, mantiene velados a la opinión pública global
aspectos fundamentales de lo económico, lo cual, impide reconocer los
sentidos prioritarios, las estrategias preferentes y las finalidades
auténticas para su remedio y solución. Por otra parte, esta ocultación
no es inocente. Los oligopolios transnacionales propietarios de los
medios de información hegemónicos, como élites de poder favorecidas por
el statu quo que son, actúan promoviendo sus intereses propios.
Eso
sí, las manos que mueven los hilos de la comunicación mediática global
aplican su puño de hierro con guante de seda, promocionando y
silenciando noticias, estudios y criterios, casi de manera
imperceptible. De este modo, la información sobre cómo vivimos los seres
humanos en conjunto y de cómo nos relacionamos con nuestros ambientes
naturales sólo emerge muy de cuando en cuando. Y por supuesto, no hay un
seguimiento en la actualidad, ni de las tragedias cotidianas que
abruman a la humanidad, ni de los previsibles descalabros que nos
acechan.
De muestra, dos botones: siendo que teóricamente se producen alimentos
para alimentar a doce mil millones de seres humanos ¿cuántas veces se
informa, analiza y critica que, de promedio, 100,000 personas mueren
cada día de hambre en nuestra Tierra? Y, ¿cuánto tiempo permanecerá como
noticia que este año a nivel planetario ya se han consumido en los
nueve primeros meses los recursos que nuestra naturaleza necesita de
doce para generar?
Desde luego, que, tal como nos recuerda el relator de la ONU sobre el derecho a la alimentación Jean Ziegler, sólo en el pasado año murieran 36 millones de seres humanos de hambre; que, según las investigaciones realizadas por la Red de la Huella Ecológica Global, desde hace unos días nuestro planeta ya está en “déficit ecológico” ¿no son éstas cuestiones del mayor interés general? ¿no deberían estas problemáticas estar marcando las prioridades del esfuerzo planetario es pos de una supervivencia solidaria y sostenible?
Reorientando nuestro foco sobre las graves consecuencias del hundimiento del casino financiero global al ámbito del Estado español, el disimulo sobre dónde están las auténticas prioridades, cuáles son las mejores herramientas y cómo podemos conseguir un reequilibrio ecosocial, es notabilísimo: por casi ningún medio se dice que nuestros problemas internos deben ser solucionados centrándose en el ámbito político de nuestra condición democrática y con los recursos propios del espacio territorial de nuestra nación soberana.
Si nuestro Estado es aún una democracia al servicio de la ciudadanía española; si, por lo tanto, toda la riqueza nacional está supeditada a los intereses generales del pueblo soberano; si, todavía, el alcance de la propiedad privada sobre los recursos y los bienes está supeditada, en contenido y alcance, a la función social que cumplan ¿a qué se está esperando para declarar el estado de emergencia nacional? ¿qué ha de pasar para recuperar a tanta ciudadanía excluida y tanto recurso inutilizado?
Hoy como siempre, la solidaridad social y económica entre seres humanos y la sostenibilidad de nuestras actividades de supervivencia con nuestros entornos, son la meta y el requisito principales para una vida en común digna y duradera. Aunque no nos lo cuenten, aunque no les interese que lo sepamos. No hay nada mejor que hacer y hace falta más que nunca. Por tanto, dispongámonos con premura a ello.
Xavier Aparici Gisbert. Filósofo y Secretario de Redes Ciudadanas de Solidaridad.
http://bienvenidosapantopia.blogspot.com.
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