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FELIPE ENRIQUE MARTÍN SANTIAGO

De cuando Dos Peñate

FELIPE ENRIQUE MARTÍN SANTIAGO Ver comentarios 3 Viernes, 26 de Agosto de 2011 Tiempo de lectura:

De cuando Dos Peñate, montado en su jumento Venganza, bajó desde el Roque del Saucillo hasta Tunte para ver al Dotor Concordancia

La gente de Tunte es muy sabia, bautizando a todo personaje que se asienta en la villa con un dichete o nombrete. Dos Peñate recibió el bautizo y la confirmación al bajar ente las peñas cumbreras desde Tenteniguada, por el Salto del Perro, hasta la comarca de Tirajana.
Montado en su burra Venganza se adentraba en esos riscos. La bestia no era vengativa, pero reflejaba en su nombre los valores que transmitía su dueño; tarde o temprano, de forma soterrada, Dos Peñate se salía con la suya.

Realmete no era malo, era malo con sus enemigos, con sus amigos era un tesoro, reflejando los principios del caciquismo que Joaquín Costa nos dejó en sus escritos.

El Dotor, otro personaje con sello de calidad, bautizado y confirmado, era el creador de una doctrina llamada Concordancia, según su metodología todo lo que concordaba con su pensamiento estaba comprobado. Si su amigo se caracterizaba por lo vengativo y soterrado que era, el Dotor se bañaba todos los días en su ego.

Ese día, cuando la carretera llegaba solamente hasta Rosiana, Dos Peñate bajo con su jumento para ayudar a subir la imagen de Santiago hasta la iglesia parroquial de Tunte, por el sendero de La Montaña. Por su tamaño la nueva escultura sería Santiago el Grande, siendo la vieja, de la ermita del Pinar, Santiago el Chico.

Durante el recorrido, montado en su burra Venganza, Dos Peñate se iluminó, algo en su interior le decía que en el futuro las carreteras plagarían la Isla y una red sin definir acercaría los lupanares a los oídos. Se sacaría el carné de conducir guaguas y montaría una línea erótica, aunque el verbo montar sobraba.

Él, como director de la línea erótica, y su amigo, el Dotor, encargado de concordar los pasos y verificar el cumplimiento de las hipótesis.

Esa noche, después de consagrar el santo, con dos vasos y una cuerda, Dos Peñate y el Dotor, a ambos lados de la línea, ensayaban jaleando la eficacia del proyecto. Fue tal el éxito que, con su despacho cerrado, instituyó la línea erótica.

Por cierto, no molesten que el director está ocupado.

Las opiniones de los columnistas son personales y no siempre coinciden con las de Maspalomas Ahora.

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