Viviendo en San Borondón
Ayuda a Palestina, olvido a Israel
Un sabio maestro enseñaba que, entre líneas, sólo hay espacios en blanco, que para ser entendibles hay que hablar con claridad. Pero pedir claridad a un político es tarea de Tom Cruisse y de una Misión Imposible
Antonio Hernández Lobo, consejero de Cooperación Institucional y Solidaridad del Cabildo de Gran Canaria, se reunió con la presidenta de la Comunidad Palestina en Canarias, Lola Kurson, es de suponer que para reforzar “sensibilidades” y para que la institución insular siga apoyando económicamente sus reivindicaciones, como hacía generosamente el equipo de gobierno anterior.
No hay noticias de querer hacer lo propio con representantes del único gobierno democrático en el Medio Oriente, el israelí, a quien se le pretende negar, por principio judeofóbico, cualquier posibilidad de explicación. Posibilidad de explicación y de debate democrático que también les negaron unos estudiantes violentos de extrema izquierda en la Universidad Complutense de Madrid.
Los terroristas de Hamás y los corruptos herederos del tinglado más subvencionado del mundo montado por Yaser Arafat, por cierto a tiro limpio y asesinatos entre ellos, dicen ser los defensores de un estado que nunca quisieron. Ni ellos ni tampoco los pueblos árabes, semitas o persas que los circundan, que los mantienen en la miseria y que no les permiten ni adquirir la nacionalidad del país de “refugio” para poder ser ciudadanos con todos sus derechos (salvo Jordania y con muchas reservas). Sus “amigos” de acogida no desean que vivan dignamente, para así poder tener un “pueblo poster” y “fotos de niños con piedras contra tanques en una gran intifada”, en palabras del propio Arafat, sin tener por ello que renunciar a sus ideas. España, por ejemplo, acogió a muchos huidos de dictaduras latinoamericanas, (Argentina, Chile, Cuba, etc.), algunos se hicieron españoles o lograron una doble nacionalidad, y no por ello se les obligó a vivir en campos de refugiados o campos de miseria para poder utilizar sus imágenes en campañas de prensa contra las dictaduras de las que huyeron.
Es razonable creer que cuando Lola Kurson pide ayuda para paliar “la situación crítica en los campos de refugiados”, debe estarse refiriendo a que los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Siria, Irán o Egipto le pidan a Jordania que trate como seres humanos a las personas que tiene confinadas en su territorio, que por cierto es la Cisjordania ocupada durante la guerra de los seis días y que no parecen tener intención de devolver a la Autoridad Nacional Palestina como parte del estado que dicen querer crear y que no quisieron hacerlo ya en 1947 con el plan de la ONU. Prefirieron querer echar a los judíos al mar. No lo consiguieron, aunque el Presidente iraní Ahmadineyad sigue pretendiéndolo “Muy pronto, esta mancha de desgracia [Israel] desaparecerá del centro del mundo islámico - y esto es alcanzable”. Todo un ejemplo de retórica propia de esa chapuza que es la Alianza de Civilizaciones, cuando debiera de promocionarse una “Alianza entre civilizados”, como le dijo Tony Blair a Zapatero en una de sus visitas oficiales a Londres, para hacer política, no para ir de compras.
Por eso se creen legitimados, y muchos aquí así se lo reconocen, para lanzar misiles y ataques terroristas contra Israel. O apoyar provocadoras “flotillas de la paz”. Por eso piden financiación para mantener la factoría “Pallywood” de publireportajes con los que seguir engañando al mundo que quiere ser engañado. Los judíos, afirman los “bien solidarizados” por nuestro gobierno, masacran indiscriminadamente porque así es su naturaleza y manifiestan muy poco talante porque se empecinan en sobrevivir y en no seguir los consejos del felizmente olvidado Moratinos y su doctrina de la rendición preventiva: dos no pelean si uno se rinde. Mejor si de paso se risca por la Mar Fea, como se decía antaño en Gran Canaria.
El Consejero depuso tras el encuentro en lenguaje politiqués. Apeló “a la información y la sensibilización ciudadana”, que “establecer cauces para transmitir los logros alcanzados a los ciudadanos es tan importante como el apoyo económico” e insistió en “la necesidad de redoblar esfuerzos en el área de la sensibilización para que organizaciones de estas características transmitan a la ciudadanía los problemas que cada día afrontan, el trabajo que realizan y los objetivos alcanzados”. He de reconocer que me ha sido imposible entender el alcance de estas lucidas, más que lúcidas, declaraciones sin seguir el consejo de los que sugieren leer entre líneas o aprender cantinflés. Un sabio maestro enseñaba que, entre líneas, sólo hay espacios en blanco, que para ser entendibles hay que hablar con claridad. Pero pedir claridad a un político es tarea de Tom Cruisse y de una Misión Imposible. Lo que sí quedó claro es que para esa solidaridad, de momento, hay fondos cabildicios. Pero para entender el problema y conocer su historia, dejando a un lado prejuicios políticos sectarios, para eso ni aguita…
Las opiniones de los columnistas son personales y no siempre coinciden con las de Maspalomas Ahora.







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