La idea de trasladar el proyecto a Costa Rica, donde se denominará "Agricultores del cielo", la propuso el arquitecto y paisajista costarricense Juan José Cordero, que fue discípulo de César Manrique
Científicos, educadores ambientales y
guías turísticos se han convertido en "Agricultores del cielo" para
llevar a Costa Rica la misma experiencia emocional que promueven en
Canarias: vivir el impacto de sus volcanes y noches estrelladas "como un
fotograma de la historia del planeta".Así lo indica a Efe Juan Vicente Ledesma, de la empresa Teide Astro-Volcanes y Estrellas de geoturismo y educación ambiental, que surgió en 1997 en Tenerife por iniciativa de un grupo de geólogos, vulcanólogos, astrónomos, físicos, guías de turismo y educadores para extraer "una experiencia emocional de los distintos horizontes canarios: el mar, el cielo y los volcanes".
Una experiencia emocional, explica Juan Vicente Ledesma, porque las últimas tendencias turísticas buscan el impacto y no sólo en actividades de riesgo -aunque Teide-Astro hace espeleología en tubos volcánicos- sino que quiere "emocionar" al visitante ante "la magnificencia" del paisaje volcánico.
"Lo que pretendemos es que el visitante no se lleve una fotografía estática sino un fotograma de la historia del planeta y ser capaces de jugar con una imaginaria máquina del tiempo para entender que así era la Tierra en sus comienzos: el volcán, que siempre ha estado relacionado con la muerte, también lleva inherente un concepto de vida", detalla.
Eso lleva "a sacar del anonimato esa vorágine de piedras en un paisaje casi desértico" y percibir cómo el atardecer "es mágico" en una montaña, y sobre todo en un volcán, algo que "impacta" a los visitantes por la noche, cuando se sienten tan impresionados que no quieren explorar el lugar en solitario, al contrario de lo que sucede de día, con cientos de caminantes.
La idea de trasladar el proyecto a Costa Rica, donde se denominará "Agricultores del cielo", la propuso el arquitecto y paisajista costarricense Juan José Cordero, que fue discípulo de César Manrique y a quien el año pasado le gustaron tanto las actividades en el Teide que regresó a Canarias a los dos meses para llevar "Volcanes y estrellas" a su país.
Juan Vicente Ledesma señala que para ello Teide-Astro coopera con la Universidad de Costa Rica y con empresas de eco-turismo del país centroamericano, en donde hay volcanes "impresionantes", como el Turrialba, el Arenal y el Parque Nacional del Poás, que está casi continuamente en erupción.
Estos volcanes están rodeados de un paisaje "absolutamente idílico" de bosques tropicales "donde la sostenibilidad es un referente".
"En Costa Rica me sentía en casa porque los volcanes siempre tienen el mismo perfil, el de estructuras cónicas, pero la naturaleza es mucho más profusa que en Canarias tanto en la botánica como en la fauna, con colibríes volando alrededor e iguanas saliendo del bosque", rememora Ledesma.
Actualmente "Agricultores del cielo" construye en Costa Rica los alojamientos para en el futuro organizar viajes de grupos desde Canarias alejados "de lo convencional", pues se intentará "adentrarse en las entrañas de la naturaleza y por ejemplo, en el Parque Nacional de Poás entrar en el centro volcanológico para conocer in situ cómo trabajan los vulcanólogos".
Lluvias tropicales
El único inconveniente es que el tiempo de observación celeste en Centroamérica queda limitado por la temporada de lluvias tropicales, que pueden prolongarse durante tres meses, mientras que en Canarias hay un 80 por ciento de posibilidades de tener un cielo despejado a lo largo del año.
"Como "Agricultores del cielo" lo que pretendemos en primera instancia es darnos un baño de humildad, porque cuando miras arriba te das cuenta de que vives en una nave especial muy chiquita que orbita alrededor de una estrella bastante vulgar. Es un juego de sensaciones y de humildad y piensas: es todo tan magnifico que tengo que aprovechar el tiempo de otro modo", afirma Ledesma.
Teide-Astro realiza rutas por el Parque Nacional del Teide de entre ocho y nueve horas que finalizan con una observación astronómica nocturna, aunque los recorridos se preparan "a la carta" según participen familias con niños, mayores, jóvenes interesados en los aspectos científicos o personas que sólo quieren ver las estrellas.
Juan Vicente Ledesma comenta además que su primer objetivo es dar a conocer el entorno a los residentes para que lo conozcan, lo entiendan y lo respeten, algo que todavía es "una asignatura pendiente" como muestra "la saturación" de tráfico cuando nieva en el Teide o se produce "la explosión" de la floración de tajinastes.







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