Belén Rodríguez
Aunque coinciden en ser centros neurálgicos de protestas, la Puerta del Sol de Madrid, donde se reúnen miles de personas bajo lemas como "No nos representan", no es la plaza de Tahrir en El Cairo que impulsó la revolución árabe y depuso a Hosni Mubarak.
"Indignados" y estudiosos consultados por Efe coinciden en que las aspiraciones de libertad, un descontento sin edad, la utilización de las redes sociales y la implantación de campamentos las acercan, pero, mientras desde la plaza española gritan ampliar la democracia, desde la egipcia pedían simplemente que los ciudadanos pudieran ejercer sus derechos políticos.
Así lo ha considerado el profesor de Sociología de las Relaciones Internacionales de la Universidad de La Laguna (Tenerife), José Abu-Tarbush, quien en una entrevista a Efe descarta el contagio a España de estas revueltas de origen norteafricano.
A su juicio, mientras los jóvenes tunecinos, egipcios o libios reivindican un espacio de libertad del que carecen y se juegan la vida por ello, los "indignados" españoles piden que la democracia no se limite a depositar un voto en las urnas el día de las elecciones.
Sin embargo, son muchos quienes han rebautizado la Puerta del Sol de Madrid o la plaza Cataluña de Barcelona como plaza Tahrir y se inspiran en las revueltas árabes para escribir sus pancartas contra un sistema en el que no se sienten representados.
Uno de los portavoces de la acampada en Madrid, Leopoldo Camacho, relató a Efe que en la Puerta del Sol lucen a diario pancartas solidarias con Túnez o Egipto y con Siria y Yemen, más de actualidad en estos momentos.
"Fraternidad con Egipto", es una de las consignas bajo la que se sustenta este apoyo, que va más allá de una simpatía o un guiño, ya que tanto los ciudadanos norteafricanos como españoles están desilusionados, "a diferentes niveles", por un sistema político y económico que no les tiene en consideración, añade el joven.
Otro de los participantes en la protesta de la Puerta del Sol, Iván Martinoz, destaca la espontaneidad como elemento común de las revueltas árabes y del movimiento 15-M.
"Ellos luchan por la libertad más básica y nosotros ya la tenemos", reconoce Martinoz, quien considera que no se puede comparar la lucha "contra el dictador de turno" con pedir que se amplíe la democracia.
También en plazas más pequeñas, como la de La Candelaria en Tenerife con alrededor de una veintena de personas acampadas, han hecho referencia en sus asambleas a las movilizaciones árabes, explica uno de los portavoces de Democracia Real en la isla, Guillermo Vega.
En la misma sintonía de comparación entre el descontento español y el árabe, el periódico "The Washington Post" publicó un artículo titulado "La revolución española: miles de personas acuden a la plaza Puerta del Sol de Madrid" en el que equiparan esta concentración con la protesta de la plaza Tahrir.
Sin embargo, acampados, representantes del movimiento Democracia Real y estudiosos del tema insisten en que ni Zapatero es Mubarak ni España es Egipto.
En su página de Facebook, la Coalición de los Jóvenes de la Revolución, uno de los principales grupos de la revuelta egipcia del pasado 25 de enero, dejan claro esta diferencia al enumerar los principales puntos de su lucha, entre ellos, demandan una nueva constitución y el desarrollo de una ley para poder ejercer la política de forma transparente.
"Ya quisiera un joven árabe vivir en un país como España", subraya Abu-Tarbush, quien se remonta a los campamentos de protesta saharauis instalados el año pasado a las afueras de El Aaiún para explicar el origen de estas "oleadas democratizadoras".
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.129