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Sin camino hacia la paz

Martes, 19 de Abril de 2011
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Sin camino hacia la paz
Miguel Martín Zaragoza
Israel vive y existe (http://espanaisrael.blogspot.com/)
Conocidos los asesinatos de cinco miembros de una misma familia en Itamar, Samaria, cometidos por criminales palestinos terroristas, todos los vientos se desatan y hacen planear de nuevo la imposibilidad de una paz que, dicho sea de paso, nunca tuvo sentido ni dirección, porque una de las partes ni la desea, ni la busca, ni la necesita, le basta con mantener el ritual criminal de sus militantes, al que alimentan de tan salvaje manera así como el pensamiento colectivo palestino que sueña todavía con la recuperación total de lo que llaman sus legendarios territorios. Los informativos en España por cierto, del día de autos, 12 de Marzo todavía no se han hecho eco del múltiple crimen, tampoco lo necesitan, tienen bastante trabajo con el terremoto de Japón y esta es una noticia menor, lo cual indica el estado de putrefacción en que está la tarea periodística en su gran mayoría, seleccionando aquellas informaciones que venden porque son mayores en importancia. Se está llegando a la indigencia absoluta intelectual, algo nada raro por otra parte. ¿En qué situación queda al día de hoy el camino hacia la paz? Por decirlo de otra manera, ¿Hay espacio todavía para una paz posible, real y sostenible? Pues temo que no, para nada. Si algunos de entre ellos son capaces de estas barbaridades y monstruosidades, no hay otra salida que levantar más alto y grueso el muro de separación. No hay nada que dialogar con esta subespecie humanoide, nada que hablar con gentuza así. Lo único que queda es perseguirles, eliminarles y mantener a raya a cuantos puedan creer que les corresponde continuar una lucha que no es tal sino actividad asesina, perversa, criminal. Una sociedad de delincuentes como es en gran medida la palestina no tiene nada que ofrecer a otra que cumple con sus compromisos, respeta los acuerdos, ofrece apoyo a sus seculares enemigos, todo eso es Israel y no los palestinos. No es posible entenderlo de otra manera. Búsquenme un solo caso en los últimos 40 años en que un ciudadano israelí cuchillo en mano, entre a una vivienda ocupada por una familia palestina y termine como ha sido este último caso, con las vidas de sus ocupantes, niños, mujer y padre, no existe un solo caso pero si los hay y en abundancia, al contrario como el sucedido ahora en Itamar. Se repiten con una saña y crueldad que solo los palestinos saben desplegar contra sus odiados vecinos israelíes. Y si alguien tiene dudas sobre la que en realidad sienten desde el lado palestino no hay más que ver lo contentos que les ha puesto esta monstruosidad a los ciudadanos de Gaza, en cuyas calles se han repartido dulces y caramelos para celebrar semejante “éxito”. Ni hay camino, ni lo hubo, ni tampoco lo habrá, todo lo que hay es lo que acaba de suceder y mejor no hacerse a la idea de otra cosa porque no hay condiciones para ello y si alguna vez hubo algo, mejor despertar del sueño antes de que se convierta en pesadilla. Son demasiados años mareando una perdiz que nadie ha cazado ni siquiera sabe dónde encontrarla. Me siento profundamente asqueado, indignado y triste por este absurdo crimen que no solo retrata a sus autores sino también a sus instigadores, consentidores, apoyos, grupos solidarios afines, sectores sociales progresistas que callan cuando son israelíes las víctimas, retratan también a cuantos todavía creen que es posible hablar de paz con quienes solo saben de beber sangre cuando les dejan, reciben desde altas instituciones internacionales abundantes y generosos recursos, dinero, apoyos y gestos que usan para legitimar una causa asesina, disfrazada de lucha de liberación anegada hoy en sangre de niños, bebés y personas indefensas. No hay camino, se perdió la dirección.
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