Hace algunos días en un artículo que publique tilde de “bobalicón” al ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y fueron muchos los que pusieron el grito en el cielo. Hoy tengo que decir y a tenor de cuanto viene ocurriendo en el Aaiún, que en el gobierno de España abundan “los bobalicones y los simplones”, y si esto no es así que demuestren con hechos que no lo son y para que esto suceda tendrán que dar a su política un giro de 360 grados. Mientras esto no ocurra para mi seguirán siendo los “tontos de España” y el hazmerreir del mundo.
Zapatero, Moratinos, Rubalcaba……., totalmente aliados o lo que es más grave reclinados ante Mohamed VI, con una simpleza que raya en lo inmoral. Dicen que lo que ocurrió en el Aaiún no es motivo para romper las relaciones diplomáticas con el país alauita como tampoco fue lo de Melilla. Una serie de ciudadanos españoles han sido “apaleados” salvajemente por la policía marroquí, por manifestarse pacíficamente a favor de la libertad del pueblo saharaui y estos estultos sujetos que parecen más salidos de un comics que de la realidad, justifican la actuación beligerante de la policía, y de manera especial desde China, Zapatero, manifiesta que no va a romper con Marruecos, y por lo que se desprendió de sus manifestaciones, -ni tan siquiera va a pedir explicaciones al respecto-. ¿Nos merecemos los españoles tanta incompetencia e inmoralidad por parte de un gobierno totalmente deslegitimado y que ha roto de manera ignominiosa la grandeza de España, donde la cobardía se ha implementado por mor del acojonamiento de nuestros gobernantes?.
El gobierno se limita a decir que los “activistas saharaui” realizaron una manifestación ilegal, y por consiguiente el ejecutivo de Zapatero da por buena la versión de las autoridades marroquíes, e insiste que la manifestación protagonizada por los activistas era ilegal, y que las agresiones se las produjeron ciudadanos particulares, -no policías- que no estaban de acuerdo con lo que pedían los manifestantes. Algo que desde mi punto de vista no se sostiene habiendo escuchado las declaraciones de los españoles-canarios apaleados, que han dicho por activa y por pasiva que fueron los policías los que le propinaron tal brutal paliza.
Es incomprensible que un país soberano se pliegue a las infamias y a las mentiras que Marruecos les quiera contar y que ni tan siquiera se realicen las investigaciones pertinentes para aclarar cuanto sucedió, al igual que en Melilla. La sumisión de Zapatero y sus incompetentes ministros al reino alauita es total, y para mayor desvergüenza ni tan siquiera se ha tenido en cuenta que han sido una serie de ciudadanos españoles los que han sufrido en sus carnes el apaleamiento al que fueron sometidos.
Ante tal comportamiento, ya ni me extraña que de los colegios desaparezcan los crucifijos, y que como pretende la Junta de Andalucía, según manifiesta un periódico malagueño, que incluso dice que el gobierno andaluz ha aprobado un presupuesto de 2.500 millones de euros al efecto, se adopte como segunda lengua en los centros de enseñanza el árabe, y quien sabe sin dentro de algún tiempo hasta sea obligatorio estudiar el Corán en nuestras escuelas, colegios, institutos y porque no hasta en las universidades.
Este es el preludio de una invasión consentida del mundo islámico en nuestro país que hace algún tiempo ya ha comenzado, propiciada por un gobierno incoherente y falto de toda credibilidad, donde los inmigrantes procedentes de estos países gozan hoy de más privilegios que los mismos españoles, algo que diariamente observamos especialmente en los centros de salud y en otras instituciones gubernamentales.







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