A todo esto, las críticas a su compañero de Deportes, Carlos Alamo, por obligar a los trabajadores municipales a que salgan de sus privilegios, que no solo consiste en cobrar un buen sueldo, y paguen el uso y disfrute de las instalaciones deportivas no cesan desde la pasada semana. Según nos cuentan, existen muchísimas formulas para recaudar dinero, por ejemplo, regular los bares de los centros deportivos, instalar máquinas pincha discos que funcionen con monedas de un euro, o un servicio de lavandería que ofrezca toallas limpias y frescas para los deportistas, más o menos como en Meloneras. Bromas aparte, la medida ha sorprendido al propio personal del departamento porque no son tantos los que practican deporte, dicen. Además, consideran que la decisión del edil pretende evitar una avalancha de trabajadores de Vías y Obras que conocieron recientemente la gratuidad del servicio. Por cierto, ¿paga Álamo las instalaciones municipales cuando las usa para jugar al fútbol, o al pádel? ¿lo hace también sus amigos?, queremos pensar que sí.
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