La UD no logró este sábado garantizar su futuro en la categoría después de caer en un desastroso partido frente al Alicante (0-1), uno de los equipos que en estos momentos ocupa plaza de descenso.
Lo mejor de la jornada fue que, excepto el Alavés y el Murcia, que no pasaron del empate en casa con el Éibar y el Huesca, respectivamente, todos los rivales directos en la lucha por evitar jugar el próximo año en Segunda B perdieron sus partidos -Celta, Córdoba y Girona-.
El partido de los amarillos no hay por donde cogerlo. Javier Vidales cambió otra vez el sistema para apostar por un 4-4-2 en el que la principal novedad fue la titularidad otorgada a Salomón Rondón. Sin embargo, el venezolano no aportó nada nuevo, en buena medida porque jugando con Marcos Márquez arriba no les llegó ni un balón en condiciones.
Así, hasta el minuto 25 no se empezó a animar un poco el partido. En ese tiempo de sesteo tan sólo una buena jugada isleña, que acabó desperdiciando Pablo Sánchez con un mal control, y tres lanzamientos altos de Peragón, Béjar y Buades fueron lo único mínimamente reseñable.
Sin embargo, el público se despertó ligeramente, sobre todo para silbar a su equipo, a partir del minuto 27. En ese momento un buen centro de Béjar lo remató Azkoitia adelantándose a la zaga y a Santamaría, aunque su pillería se le escapó ligeramente alta. El respetable abroncó a su equipo, que en la siguiente jugada estuvo a punto de marcar tras un centro de Nauzet que, después de varios rechaces, acabó en las botas de Rondón, que se levantó rápido y remató, pero Queco Piña desvió con agilidad y el rechace no favoreció a los amarillos.
Y en el minuto 32 el público se encrespó de nuevo con sus jugadores cuando, ante la apatía y el despiste general, Peragón remató al borde del área chica completamente sólo una falta de Abel Buades, el mejor futbolista sobre el terreno de juego. En la siguiente jugada Las Palmas pudo igualar, pero el disparo final de Marcos Márquez, después de una buena jugada colectiva que culminó con un pase de la muerte de Pablo Sánchez, lo sacó con la pierna Queco Piña.
Hasta el descanso la UD no aportó nada nuevo y con el pitido del colegiado llegaron nuevos silbidos desde la grada, muy descontenta con el rendimiento de sus jugadores. En la reanudación Javier Vidales dejó en la caseta a Salomón Rondón y dio entrada a Pitu, pero el equipo no mejoró. Marcos Márquez tuvo dos opciones de gol, pero sus remates se fueron arriba.
Los minutos transcurrían y, pese a la entrada de Saúl por Nauzet, el equipo no mejoraba. Y en el minuto 75 llegó la mayor bronca de todas cuando un terrible error de Samuel permitió a Azkoitia plantarse completamente sólo ante Santamaría, pero el futbolista vasco del cuadro alicantino no supo definir y le regaló el balón al meta isleño. A partir de ahí muchos seguidores se marcharon del estadio, muy descontentos con los visto sobre el césped.
En el tramo final ni la entrada de David González por Dani López dio aire nuevo a los amarillos, que vieron como el partido llegaba a su final con la posibilidad más cercana que los visitantes aumentaran su renta a que pudiera llegar el empate. Así, Roberto Santamaría fue de nuevo protagonista al sacar un balón de gol de Ismael y en el descuento un remate de Pedro se estrelló en la cruceta tras rozar en David García.
Al final, nueva bronca del público y un equipo que no fue capaz de jugar a nada perdió con uno de los firmes candidatos al descenso y se tuvo que conformar de nuevo con que prácticamente todos sus rivales directos en la lucha por evitar jugar el año que viene en Segunda B volvieron a 'colaborar' para que los amarillos puedan mantenerse en la categoría.








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