Ténganlo muy presente. Por los motivos que sean, mal riego, malos cuidados o el famoso Picudo Rojo. Lo cierto es que se pudren y luego se caen. Si piensan que todas están bajo control, se equivocan y si no, que le pregunten a los usuarios de la piscina municipal de San Fernando que fueron testigos de como una palmera cayó estos días sobre una mesa situada en el Bar. Gracias a Dios, que en ese momento no había nadie sentado.







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