Madre
La palabra madre tiene un significado tan elocuente que no existe otra expresión que sea tan digna de alabanza.
Apelativo que procede del latín mater, tris. La palabra “madre” tiene muchas connotaciones, la mayor parte de ellas relacionadas con la “maternidad”, su significado tiene unos orígenes grandilocuente, ser “madre” es algo que no tiene parangón con ningún otro sentimiento divino (la Virgen María fue madre) o humano, “parir” como se decía antiguamente es sinónimo de maternidad, y el uso de este termino solo es atañible a las hembras, aunque las leyes de “ultimo uso” realizadas por unos gobiernos “ingratos”, al permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo admiten que estos sujetos puedan adoptar niños arrogándose uno de ellos este termino, diría yo de manera “aberrante”, y sobre todo y especialmente antinatural.
La diferencia fisionómica entre un hombre y una mujer (un macho y una hembra), son completamente diferente los “gametos que diferencian a estos dos seres son totalmente opuestos y por consiguiente la diferencia es abismal”, los hombres tienen los suyos propios, elocuentemente en su aparato genital, y las mujeres otros que las diferencian como pueda ser la “matriz” que le permiten engendrar y tener hijos, y otros que acrecientan su “voluptuosidad”, que están a la vista de todos.
Cuanto antecede es la diferencia de ser “madre”, sin que se anteponga ningún otro termino a esta palabra tan hermosa, ni a sus obligaciones y derechos que son inalienables, ninguna ley puede arrebatarle a una madre su condición, que deberá ejercer con verdadero raciocinio desde que el nace el bebe hasta el final de sus días.
Para una mujer conseguir ser “madre” implica llevar en el seno materno durante siete, ocho o nueve meses a un ser concebido, durante ese periodo denominado embarazo, se pueden generar más de un inconveniente que en algunos casos ponen el peligro a la futura madre, desgarramientos con sangrados, abortos, pasar muchos meses acostada administrándosele “hemostáticos” para evitar las hemorragias que pongan en peligro a la futura madre, etcétera.
Pero por desgracia –hay madres y “madres”-, las que ejercen la maternidad con una dedicación ejemplar atendiendo a sus hijos como les corresponde desviviéndose por ellos llegando incluso a quitarse la comida de –la boca- para que sus niños no conozcan lo que es el hambre, educándolos como corresponde, para que el futuro sea para ellos lo más apetecible y más importante con estudios o trabajando. Por el contrario hay “madres” que pierden tal denominación dado el comportamiento “execrable” hacía sus hijos, vendiéndolos en algunos casos o abandonándolos a su suerte en otros.
La denominación de madre esta totalmente vinculada a la de maternidad, filosóficamente la maternidad se define: como la vivencia que tiene una mujer por el hecho biológico de ser madre. Si bien el sentimiento maternal se desarrolla a partir de nacimiento de un hijo, con anterioridad al embarazo, es muy frecuente que la mujer desarrolle un instinto maternal, es decir, el anhelo de cuidarlo y educarlo. En este sentido, el instinto de la madre es un concepto biológico que va más allá de la mujer, ya que la mayoría de los mamíferos también así lo manifiestan.
La palabra madre tiene un significado tan elocuente que no existe otra expresión que sea tan digna de alabanza. Las madres suelen darlo todo por sus hijos en algunos casos hasta la vida, pero tristemente en la viña del Señor hay de todo, y encontramos madres buenas, menos buenas y malas, estas –ultimas- arrastran tras de si la obviedad, y en algunos casos hasta el rechazo hacía sus hijos, sin que exista una razón lógica que justifique este comportamiento.
El pediatra estadounidense William Sears hizo suyo el termino “Attachment parenting”, en español “Crianza con apego”, que acuñó el psiquiatra y psicoanalista ingles, John Bowlby en la “Psicología del desarrollo”, fundamentándolos en ocho puntos:
1).- Preparación para el embarazo, nacimiento, y los cuidados requeridos.
2).- Alimentación con amor y respeto.
3).- Repuesta sensible a las necesidades del bebé desde que nace.
4).- Contacto materno el mayor tiempo posible con el nacido.
5).- Propicio del sueño seguro físicamente y emocionalmente.
6).- Propicio del cuidado cariñoso constante.
7).- Práctica de una disciplina positiva. y
8).- Búsqueda del equilibrio entre la vida personal y familiar.
En España los máximos representantes y pioneros de la –crianza con apego-, son el doctor Carlos González con su libro “Bésame mucho, como criar a tus hijos con amor”, la psicóloga Rosa Jové con su libro “Dormir sin lagrimas”, y varias publicaciones más.
Ser madre es lo más –grande- que le puede sucede a una mujer, es el culmen que toda joven anhela, dándose el caso que muchas de estas “jóvenes” buscan la maternidad sin tener una relación sentimental estable, ya que sienten ese deseo, dándose la circunstancia que estas madres suelen ser más fieles que las que presumen de ser madres habiendo concebido legalmente casadas, pero ser “madre” no es una etiqueta es un compromiso ya que tienen que cumplir con ese deber que han adquirido, no anteponiendo al amor que le deben a los hijos a la de cualquier otro sujeto a la obligación ineludible de ser madre, como esta ocurriendo últimamente.
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