Floja y chunga

Aquí estamos, como es tradición después de la carreta del Pino. Termina el verano de jolgorio y todos al trabajo, al golpito.  

No vamos a decirles qué haremos esta temporada, qué novedades traemos, qué apartados. Nos parece una chorrada retrógrada que no se lleva porque los medios de comunicación han cambiado y las novedades salen a diario. Son tantas que ni las contamos. Por eso, esas tácticas de márketing de saldo no van con nosotros y en los 14 años que llevamos juntos casi nunca lo hemos hecho. Eso sí, a la mejor duda pregunten, que a lo mejor contestamos (permítannos la broma que llegamos de buen rollo).

Bueno, al lio. La vida Administrativa intenta reactivarse a través de sus eficaces funcionarios, ahora acompañados de nuevos cargos de confianza y políticos que llegan al Ayuntamiento con la misma cara que, cuando pasaron de Primaria a Secundaria. Casi ninguno de los 17 tiene experiencia de gobierno.

Abrimos la sección más esperada del periodo estival pero eso no quiere decir que estuviéramos de vacaciones todos, ni que dejásemos de anotar aquellos acontecimientos que harán historia en San Bartolomé de Tirajana.

Excéntrica

La ordinariez que traspasó frontera fue la frase “A mamarla”. Desde luego que nos cuesta repetirla porque es tan soez y “barriobajera” que confiamos en que sea la última vez que la oímos. Estamos horrorizados. En cierta forma hasta asustados de tremendo verbo pornográfico. La protagonista, Pino Dolores (CC), de allá arriba, Tunte. Antes desafió las leyes de la naturaleza y dijo que habrían fuegos artificiales “si o si” en las fiestas del casco, y después llegaron los descuadres en las cuentas y la prohibición (por alerta) de celebrar la misa y procesión en honor a nuestro santo patrono, lo que, de paso, le vino bien para salvar el presupuesto. Y más tarde se unió a sus tres compañeros de partido a la misa prohibida por las autoridades administrativas pero autorizada por el clero. En definitiva, una heroína valiente y temeraria.

Y ya que estamos con las cuentas, por qué se permitieron las contrataciones a la antigua usanza y esta vez la interventora no se puso las pilas. A propósito de la interventora, un hacha con las facturas que tiene el Ayuntamiento paralizado por culpa de los demás, según su versión, ya que la mala praxis de los anteriores gobernantes y contratantes no se ajustan a la farragosa Ley de Contratación que sólo en Maspalomas se interpreta de manera distinta al resto de administraciones.

Ayuntamiento moroso

Mientras tanto, el departamento de Intervención es un campo de concentración de expedientes, hervidero de proveedores que aparecen como el cobrador del frac cada jueves para reclamar las deudas del Ayuntamiento moroso. Algunas funcionarias no es que se muestren al borde de un ataque de nervios, están a punto de un infarto. Solo con mirarlas se les salen los ojos de las órbitas, se les acelera el pulso y expulsan todo tipo de acertijos técnicos en ráfagas de 10 palabras por segundo que dejan pálido a los que por allí pasan cada jueves y tienen la suerte de encontrarlas, antes o después del café, las compras, las vacaciones, los días propios, las bajas y demás prerrogativas que las hace únicas en su especie.