El Faro de Maspalomas es una ironía. Es uno de los puntos de referencia de la isla, el enclave más conocido del sur, pero a la vez, un lugar descuidado. Es un edificio condenado a la mala suerte, siempre rodeado de polémicas que conocen de sobra. El inmueble aún se encuentra pendiente de ejecutar el proyecto de remodelación, debido a problemas con la empresa que en principio ejecutó las obras. A pesar de que, desde el Cabildo se ha anunciado la partida presupuestaria para reiniciar los trabajos, esta la imagen que presenta ante los miles de turistas que transitan la zona no es nada recomendable.
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