Cerca de treinta paneles y un documento audiovisual componen la exposición internacional itinerante del programa SAL (Sal del Atlántico), que permanecerá abierta en el Teatro Víctor Jara, Vecindario, desde este viernes hasta el próximo día 14 de noviembre. 
La muestra ofrece una recopilación de los trabajos que se han realizado en todas las salinas incluidas en este proyecto europeo.
Los paneles de la exposición recogen desde la geografía de la producción de la sal hasta los orígenes de las salinas, su tipología, el comercio, las obras hidráulicas en torno a estas industrias artesanales, las herramientas del salinero, la forma de recolección, su almacenamiento y transporte, los edificios propios de cada una de las zonas, las producciones artísticas relacionadas con la extracción y el comercio, las vestimentas, la biodiversidad del medio salino y otros aspectos relacionados con la identidad cultural y el turismo, el declive de las salinas, su transformación o la formación de los salineros, entre otros. La muestra tendrá un horario especial de mañana para visita de escolares, previa petición de hora.
A través del programa Interreg III-B, un total de treinta socios pertenecientes a cuatro países, Francia, Portugal, Reino Unido y España, desarrollaron en once zonas de Europa y a lo largo de los tres últimos años, un total de ocho acciones encaminadas a la recuperación de la llamada civilización de la sal en el Atlántico europeo, a la revalorización de su identidad, a la promoción del potencial biológico, económico y cultural de las zonas húmedas costeras objeto de las actuaciones. Entre ellos se encuentran el Ayuntamiento de Santa Lucía y el Instituto Tecnológico de Canarias, así como las salinas palmeras de Fuencaliente.
A raíz de su participación en este programa europeo, el Ayuntamiento de Santa Lucía creó el Centro de Interpretación de la Sal de Punta Tenefé, y el departamento de Biotecnología del Instituto Tecnológico de Canarias ha realizado investigaciones sobre la evaluación de la viabilidad de una explotación complementaria y de bajo impacto en las salinas tradicionales para la producción de una microalga, la ‘Duniella Salina’, de la que se puede extraer un producto muy demandado comercialmente por la industria farmacéutica, el beta-caroteno.
La muestra ofrece una recopilación de los trabajos que se han realizado en todas las salinas incluidas en este proyecto europeo.
Los paneles de la exposición recogen desde la geografía de la producción de la sal hasta los orígenes de las salinas, su tipología, el comercio, las obras hidráulicas en torno a estas industrias artesanales, las herramientas del salinero, la forma de recolección, su almacenamiento y transporte, los edificios propios de cada una de las zonas, las producciones artísticas relacionadas con la extracción y el comercio, las vestimentas, la biodiversidad del medio salino y otros aspectos relacionados con la identidad cultural y el turismo, el declive de las salinas, su transformación o la formación de los salineros, entre otros. La muestra tendrá un horario especial de mañana para visita de escolares, previa petición de hora.
A través del programa Interreg III-B, un total de treinta socios pertenecientes a cuatro países, Francia, Portugal, Reino Unido y España, desarrollaron en once zonas de Europa y a lo largo de los tres últimos años, un total de ocho acciones encaminadas a la recuperación de la llamada civilización de la sal en el Atlántico europeo, a la revalorización de su identidad, a la promoción del potencial biológico, económico y cultural de las zonas húmedas costeras objeto de las actuaciones. Entre ellos se encuentran el Ayuntamiento de Santa Lucía y el Instituto Tecnológico de Canarias, así como las salinas palmeras de Fuencaliente.
A raíz de su participación en este programa europeo, el Ayuntamiento de Santa Lucía creó el Centro de Interpretación de la Sal de Punta Tenefé, y el departamento de Biotecnología del Instituto Tecnológico de Canarias ha realizado investigaciones sobre la evaluación de la viabilidad de una explotación complementaria y de bajo impacto en las salinas tradicionales para la producción de una microalga, la ‘Duniella Salina’, de la que se puede extraer un producto muy demandado comercialmente por la industria farmacéutica, el beta-caroteno.
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