El pregonero de Ayagaures repasa su vida en el Barranco

“Vivir en Ayagaures es todo un privilegio. Despertar entre los cantos de los gallos y de los mirlos es algo que lo hace único”, dijo el vecino Sergio Pérez Álvarez como pregonero de las fiestas del Niño Dios 2016, celebradas con un marcado carácter familiar y amistoso este fin de semana.

La lectura del pregón se realizó en la plaza del pueblo el sábado por la noche, al término de la romería en la que participaron seis carretas. El pregonero se dirigió a la vecindad ataviado de típico, acompañado a su derecha por el presidente de la comisión festiva, Adolfo Gil, y a su izquierda por el concejal Fernando González Montoro, responsable del área de Ordenación y Políticas Ambientales del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana.

“Aquí nací y aquí aprendió a nadar con mi hermano, en el ‘estanque de Los Herederos’ lleno de ranas y de limos”, afirmó Sergio Pérez mientras hacía la lectura de su pregón oculto tras un pie de micro, acompañando sus palabras con la proyección de unas 60 fotografías que dedicaron el verdadero protagonismo a los espacios, la historia y la vecindad del propio pueblo.

Desde la plaza, los participantes en la romería de San Porruño escucharon metidos en faena el recital de recuerdos que el pregonero fue desgranando públicamente para hacerles partícipes de su particular historia. Una tierra de frutales, de amasijos de pan y matanzas de cochino compartidas entre los vecinos, refirió.

Mi primer sueldo fueron 8.000 de las antiguas pesetas recogiendo cochinilla de tuneras. Con ese dinero hice dos cosas importantes: comprarme un ventilador para sofocar el intenso calor del verano, y darme un festín de emboste en el bufet Las Camelias”, contó entre retazos de memoria.

El pregonero de Ayagaures, nacido en el Barranco el 15 octubre 1969, es muy conocido dentro y fuera del municipio de San Bartolomé de Tirajana por ser el fundador de la marca ‘Limpiafarolas’ y por regentar en estos momentos un restaurante escuela en Vecindario.