La encuesta con la que Iglesias puede crucificar al PP

Malas noticias para Génova 13 deben suponer la última encuesta aparecida sobre un hipotético escenario electoral de cara a las Generales de 2015. Sí, en datos puros y duros, el PP ganaría las elecciones con poco más del 30% de los sufragios y el PSOE apenas sobrepasaría el 22%, es decir, 8 puntos de ventaja. El problema viene con el auge de Podemos, que no sólo se ha merendado a IU, UPyD, nacionalistas y filoetarras, sino que está a poco más de un punto de alcanzar al partido de Pedro Sánchez, aunque éste puede ser el socio necesario para formar un Gobierno de izquierdas que desaloje a la derecha del poder.

La verdad es que, salvo que aquí todo el mundo mienta en los sondeos, lo del partido de Pablo Iglesias empieza a parecerse muy poco a una cosa de frikis, como dijo el gurú áulico de Mariano Rajoy, Pedro Arriola. El auge de Podemos, lejos de deshacerse como el hielo en plena sartén de Andalucía, se va consolidando y ahora mismo se da por hecho que en las próximas elecciones municipales va a pillar cacho (de ahí las prisas del presidente por querer sacar una reforma ad hoc para que gobierne en los ayuntamientos la lista más votada).

Desde luego, el laboratorio de pruebas (si es que así se le puede denominar a algo tan serio como unas elecciones) podría ser Cataluña o Andalucía. Por distintos motivos, ambas comunidades tienen a dos presidentes, Artur Mas y Susana Díaz, que están sopesando seriamente adelantar los comicios a otoño de 2014 para poder tener la conformidad de su electorado a sus políticas, el primero con su matraca independentista y la segunda con sus devaneos con la corrupción de los ERE. Pues bien, en ambos escenarios Podemos podría arañar votos y, lo más importante, algún que otro escaño.

Ahí o, sin esa barrera, directamente en las municipales, es donde se verá qué poderío tiene en verdad Podemos. A los frikis de Arriola les daban sólo uno o dos eurodiputados en los escenarios más deseables y casi triplican la mejor previsión al sacar 5. Quizá, sólo quizá, cuando en la sede del PP se vea que Iglesias da el campanazo, tal vez se arrepientan de haber permitido que el sociólogo de cabecera del PP tuviera tan poco tino en parar a tiempo un fenómeno que se les ha ido de las manos a todos.