L. Santana Expósito.- A modo de epílogo de la Lujuria del poder, hoy quiero exponer razonadamente, las ingentes fortunas (archimillonarias), que la política le ha generado a muchos vecinos de nuestro municipio así como a muchos más de orden nacional, regional y provincial, algunos las exhiben sin ningún pudor, otros las ocultan bajo las siglas de empresas de dudosa creación, que tienen la condición de ser tapaderas del empleo de grandes cantidades dinerarias con el fin de generar mucha más riqueza, lo que hace que estos sujetos, los menos, vivan a lo grande ostentando grandes posesiones.
Decir que el poder corrompe, no creo se le oculte a nadie. Desde tiempos inmemoriables ha sido así, Roma, Grecia, Persía, Macedonia, Egipto, Turquía y otros grandes imperios, les otorgaban a sus políticos más eminentes títulos de nobleza y grandes extensiones de tierra, en agradecimiento a la labor realizada, lo que generaba enormes latifundios los cuales en su mayor parte eran utilizados como cotos de caza.
Esta forma de proceder se consideraba hasta cierto punto justificada, al fin y al cabo eran prebendas que los reyes y emperadores hacían de manera graciable, pero en algunos casos para que esto fuera así desposeían de manera ignominiosa a los verdaderos titulares de estos blasones y propiedades, llegándose incluso al asesinato y al exterminio total de toda la familia desposeída, con el fin de que nadie reclamase a posteriori los derechos de estas mal donadas canonjías y las tierras correspondientes.
Hace algunos años, los políticos solo aspiraban al terminar su ejercicio, obtener el reconocimiento del pueblo por su buen hacer o el rechazo de la sociedad por la desastrosa actuación -estos eran los menos- en su singladura política, otras apetencias era la de obtener una condecoración del signo que fuera como estimulo y agradecimiento por el gran servicio que habían prestado.
Una de las pruebas más tangibles de cuanto argumento, están ahí, y cualquier ciudadano lo puede comprobar, los casos Malaya, Eólico, Faycan, Paraíso, es la evidencia más funesta de corrupción de los que se autodeterminan políticos, y empleo el termino -autodeterminan- ya que desde mi punto de vista ninguno de estos sujetos desarrollan con buen fin tan significada ciencia, solo les interesa los beneficios que la misma les reporta -que es mucho-, cayendo en el tópico de la indecencia y la inmoralidad.
Todos conocemos aquí a muchos portentados, que de la nada han creado vastos imperios, riquezas mal adquiridas obviamente y nadie se preocupa en investigarlos, la justicia se ceba con los infelices rara vez -salvo excepciones- inculpan y sancionan al rico, da la sensación de que estos pertenezcan a una especie de salvapatrias a los cuales aún conociéndose sus innumerables delitos y los gatuperios que desarrollaron y siguen desarrollando, todos pasan olímpicamente de tan anormal comportamiento.
Es la lamentable realidad, ya es hora de poner coto a tanta desidia. Viviendas que no se entregan debido a la mala administración, abandono total de los pecios municipales, concesiones ilegales de construcción, una actividad policial inexistente y muchas cosas más que denigran a los políticos por sus malos hábitos y desconocimiento de la política. En este aspecto el caos imperante en todo el territorio nacional y en especial en algunas municipalidades es de tal calibre que la situación se hace insostenible. La riqueza y el poder son coparticipes en todo el invilecimiento de toda esta saga de nuevos políticos que se denominan así desconociendo todos los entresijos de la liturgia y filosofía que adornan a la misma y que solo se sirven de ella para enriquecerse.







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