No es solo el petróleo

La gran afluencia de manifestantes en todas las islas, que la Delegación del Gobierno, como hacen siempre los que ostentan el poder, tratan de minimizar y manipular, es un claro ejemplo de la oposición de una buena parte de nuestro pueblo a que se realicen prospecciones y posterior extracción de petróleo en los alrededores de  Canarias. Las razones son obvias,pero la gente del PP que no quiere verlo así. Que más de 100.000 personas se manifiesten en Canarias, no es para tomárselo a broma.

Existen varias razones para que la gente se lance a la calle. No ha sido sólo por el empecinamiento  de contentar a una petrolera. Por una parte, está el sentimiento ecologista que cada vez es mayor en nuestra tierra, que ve como se promociona el petróleo y su contaminante acción, que perjudica tanto a la salud de los humanos como para la Tierra y no se hace nada para desarrollar y utilizar energías alternativas que traten de paliar el perjuicio que ocasiona. En segundo lugar, por la puesta de rodillas de una gobierno conservador y neoliberal  ante las presiones de las grandes empresas, y especialmente, ante las multinacionales petroleras. Son, en este país y en otros muchos, quienes llevan el timón de la economía y los políticos se convierten en sus mayordomos y vasallos. Grandes empresas a las que les importa poco la salud de los demás y sí los grandes beneficios inmediatos. En tercer lugar, no es solamente por el petróleo y sus consecuencias  negativas en el desarrollo del turismo en nuestro archipiélago por lo que el pueblo se ha lanzado a la calle, sino por las humillaciones, el maltrato,  el desprecio, el expolio a los que le han sometido, tanto los  gobiernos nacionales como autonómicos en los últimos años que le han conducido a la pobreza y al  malestar social, a lo que se añade el trato colonial al que le  ha sometido  España a lo largo de cinco siglos. Y, por último, la gente protesta porque están hartos de gobiernos españoles que que atienden   más las indicaciones del capital y la banca que no a las justas reivindicaciones de los pueblos. No es porque les llevan a esas concentraciones, como si fueran borregos,  los nacionalistas,  los comunistas, los socialistas o cualquiera que no piense como los gobernantes de turno, sino como un revulsivo contra esa política de desatinos  que nos introducen en el subdesarrollo  y a un continuo agravio y falta de respeto hacia  Canarias y sus habitantes. Es, en definitiva, una reacción ante  una situación negativa que se vislumbra  que no va a cambiar en un futuro inmediato.

Cuando un pueblo es maltratado hay  un momento en que se llega a la rebelión, que no se parará por mucha represión  policíal que le coloquen  en el camino y  por mucho que traten de continuar con su política de engaños y manipulaciones..

El señor Hernández Bento, aunque parece ser el más sensato de ese Ministerio de Energía y Turismo, argumenta que el petróleo es necesario para la movilidad, para impulsar aviones, barcos y coches. De acuerdo, pero no se habla del efecto contaminante que produce, que, a su vez, influye en la desaparición de la capa de ozono en la atmósfera, en el evidente cambio climático, en el deshielo de los glaciares en el Ártico, en los violentos temporales, lluvias torrenciales, huracanes y desbordamientos, etc. Debería preocuparles el desafecto cada vez mayor que tiene el PP  en Canarias No vemos que, desde ese gobierno, e incluso desde la mayoría de las naciones muy industrializadas, se impulse la utilización de recursos menos contaminantes. También se observa que en Canarias se recorta todo lo que tiene que ver con las energías eólicas, solar, térmica o de las mareas que podrían reducir el consumo del petróleo y que encuentran aquí el lugar adecuado para desarrollarlas.

Además, como colofón, ya está bien de esgrimir la falacia y el argumento populista de los grandes beneficios que el petróleo producirá en Canarias, en términos económicos. La compañía que lo extraiga se lo venderá a España. No se lo va a regalar. No es petróleo  Canarias, por su parte, no le va a cobrar impuestos a esa empresa, aunque el crudo esté en aguas jurisdiccionales de España.