Incoherente Paulino

Lo de Paulino Rivero no tiene nombre, empeñado en que no se realicen prospecciones petrolíferas en Canarias porque, sencillamente no ha sido idea suya y no puede venderlo electoralmente, si no otro gallo cantaría, amén de que al ser, su aférrimo enemigo el Sr Soria el teórico titular de esta idea y no poder pararlo cuando sí podía en el Gobierno de Canarias me parece un esperpento sobresaliente.

Sin embargo, estuvo encantado y no puso objeción alguna para que, en plena capital tinerfeña se llevase a efecto la refinería petrolífera asentada en ésta, eso sí que debiera haber sido un clamor popular sobre un riesgo no sólo preexistente, sino de una lógica aplastante que, cuando menos, debiera haberse ubicado en un extrarradio de la isla.

Ahora se lavará las manos indicando que debemos respetar la justicia ya que el Juzgado de Instrucción número 5 de Santa Cruz de Tenerife, ha imputado a la Compañía petrolífera Cepsa de un delito contra la Salud por la contaminación cantada que esta refinería iba y de hecho ha supuesto para con la Capital Tinerfeña.

Pero lo que me sorprende es que esta Demanda no se haya hecho extensible al propio Gobierno de Canarias ya que Cepsa, sin el consentimiento de ésta no puede mover un dedo, por lo que si ésta es responsable, más lo es los iluminados gubernamentales que, teniendo en sus manos un contrato millonario han priorizado en los emolumentos a percibir antes que velar por la seguridad ciudadana.

La hipocresía en política no tiene parangón y, lamentablemente, los ciudadanos no tienen memoria histórica por nimia que ésta sea, desde luego es de una impertinencia antológica denunciar, anticipadamente, unas prospecciones en aguas canarias y no haberse puesto de uñas ante una realidad palpable que cualquier refinería confiere al efecto.

Y tenemos que observar, diariamente anuncios basura contra las mentadas prospecciones, publicidad que pagamos todos, no sólo los que puedan estar en contra de ésta, sino los que se encuentran a favor de la misma.

Pero la gran diferencia es que mientras que la refinería, implica, en sí misma considerada por la actividad que desarrollan un peligro flagrante, actual y diario, nuestro Presidente Autonómico gasta todas sus fuerzas en alertar y amedrentar a los ciudadanos sobre posibles consecuencias de un derrame petrolífero en aguas canarias.

Es decir, su argumentación se asienta sobre un futuro devastador, sin embargo, sobre un presente ineludible como lo era, es y será la meritada refinería no dijo absolutamente nada.

La población tiene que saber que las prospecciones si no las hace España, las harán otras naciones, el petróleo, desgraciadamente sigue siendo la principal fuente de energía y, desde luego, de haber oro negro en las islas, si no lo gestionamos nosotros, otros pagarán los derechos para hacerse con la franquicia respectiva.

En un problema más que medioambiental, de conato político, debemos hacernos eco de la realidad vigente, no abusar de la ignorancia, no amedrentar sobre posibles problemas futuros, actuar en consecuencia, poner límites para que nuestras fabulosas costas no tengan en su horizonte cercano estas moles de hierro, pero, igualmente tenemos que ser realistas, de existir petróleo, mejor que sea España quien se encargue de su extracción, los empleos serán para nosotros, el suministro implícito en ésta, minorará los precios de carburantes en todas sus ramas y no podemos frenar esta realidad por miedos futuros de impacto medioambiental porque, sencillamente, el futuro es seguro, pero contrastado, jamás.