Las estrellas de la calidad turística

Hace unos días, el Parlamento de Canarias ha aprobado una proposición no de ley, PNL la llaman sus señorías, presentada al alimón por CC y PSC, la rama o ramalazo del PSOE nacionalizado canario, en la que proponen vincular las autorizaciones para construir nuevos hoteles en las Islas a los criterios de calidad y sostenibilidad, más que a estrellas.  Suena bien esta parte de la propuesta, hasta que se les pregunta qué entienden ellos por calidad y por sostenibilidad.  Unos diputados cuentan una cosa, otros justo la contraria.  La mayoría no silenciosa de ellos divaga por los Jardines de las Hespérides, esas musas mitológicas que sólo sabían cuidar jardines, para no marcar la casilla del no sabe no contesta pues ya lo han hecho sin razonar en la del “sí, señor, sí” de la de la obediencia debida a sus mentores.

La Sra. Julios defiende la conveniencia de esta PNL argumentando que persiguen “evitar la paralización turística en la que nos encontramos en la actualidad después de que el Gobierno del Estado presentara un recurso de inconstitucionalidad contra la ley canaria”.  Se trata este importante asunto social y económico, una vez más, con óptica partidista y sectaria.  Para otra ocasión se deja comentar la insoportable sensación de indefensión jurídica que padecen los emprendedores turísticos, cuando la solución a este conflicto legislativo se confía a que el Tribunal Constitucional no lo deje dormir el sueño de los justos, lo de “justos” es claramente un exceso del lenguaje.  La resolución ya está tardando demasiado, en pura lógica ciudadana.

Si bien es cierto, aunque a mi entender nada razonable, que el conflicto legislativo se acabaría si el Gobierno de España retirara su recurso de inconstitucionalidad, no es menos cierto que CC-PSOE podría también suprimir aquellos liberticidas artículos que son objeto de controversia empresarial e institucional en la tan polémica como innecesaria ley.  Esa pelea de gallos no es asunto que interese a los ciudadanos, aunque sea el que “pribe” a los políticos.

Cuando se analiza el fondo de lo que parecen entender en CC y su apoyo para gobernar por calidad y sostenibilidad, el asunto queda muy confuso.  Si entienden por eso obligar a instalar paneles solares, reciclaje de aguas y basuras, el etéreo mantra de usar energías alternativas, para algunos hasta montar huertos para autoconsumo de hortalizas y papas en lugar de jardines para esparcimiento de los turistas, la pelota sigue quedando en el campo de los elementos constructivos, un poco por encima del mármol en los pisos o metros cuadrados de zonas comunes y salones que hay sirven para establecer hoy el estrellato.  Es decir, más de lo mismo que dicen combatir, o querer modificar, para cambiar de modelo. ¡Puro palabrerío!

De nuevo, a mi modestísimo entender, se confunde el concepto actual de calidad, entendida como el disponer de un nivel aceptable y siempre mejorable de servicios personales.  Se trata de cambiar el enfoque basado en primar los elementos constructivos pasivos, fácilmente reproducibles y mejorables en cualquier lugar del mundo mundial, por el uso activo diario de los recursos humanos, mucho más difíciles de formar y de mantener en el tiempo. 

Las estrellas de un establecimiento debieran otorgarse  temporalmente, de forma algo similar a cómo Michelín las entiende cuando distingue a un establecimiento de los otros:  calidad en la cocina y en el servicio, ambos dependientes del factor humano, dejando en un segundo lugar la decoración del entorno.  Pero CC-PSOE no quieren oír hablar de formación real, ya les basta con recordar el inconcluso caso ICFEM, tal vez antecedente del EDU de Andalucía.