ICONOCLASTIA
¿A qué huelen las nubes?
Esta gente está en las nubes, por encima del bien y del mal, aunque paradójicamente no sabe lo que cuesta volar porque va con los gastos pagados por todos nosotros
Esta gente está en las nubes, por encima del bien y del mal, aunque paradójicamente no sabe lo que cuesta volar porque va con los gastos pagados por todos nosotros. Le traen a Canarias como quien va a una excursión de los padres escolapios. Qué buenos son los padres escolapios, qué buenos son, que nos llevan de excursión. Pues eso, que como les traen y les llevan no saben lo que es sacar un billete de avión y menos aún solicitar un certificado de residencia.
Esto último se entiende en una peninsular que no reside habitualmente en Canarias, pero los que sí residimos sabemos que la ministra no dijo la verdad en el foro de la Ser celebrado en el hotel Santa Catalina.
El mismo día que Ana Pastor aseguraba que ya los canarios no teníamos que ir al aeropuerto y a los puertos portando el certificado de residencia como el que lleva un escudo protector, todos los que tomaron vuelos ese día tuvieron que blandir el papelito al estilo de Chuck Norris cuando sostiene entre sus dientes el cuchillo con el que ajusticiar a los charlis del Vietcong.
No sé si Ana Pastor ve películas de Norris o vino aquí a contarnos su película, pero lo cierto es que aún no se ha enterado de que el asesino es el mayordomo. Los ministros vienen a las islas de ultramar a contarnos su batallita, pero muy poco preparados. Viven en un mundo de Yupi ajeno a los demás mortales. Por eso no entienden que la gente esté indignada y salga a protestar a la calle.
Que la ministra de Fomento no sepa que todavía las compañías aéreas te exigen el certificado de residencia para hacerte el pertinente descuento al salir o entrar en las islas, es algo insólito. Si la principal responsable de los aeropuertos, tengan o no aviones, no sabe que aún estamos por estos lares aplicando protocolos del siglo pasado, puede ser por dos cosas: porque no haya tenido la delicadeza de informarse antes de hablar o porque simplemente la han engañado. Y las dos posibilidades son tan inquietantes como impermisibles.
Si Ana Pastor fuera una azafata de Iberia le pediríamos el libro de reclamaciones. Pero como es ministra de Fomento, solo le exigiremos su dimisión.
Las opiniones de los columnistas son personales y no siempre coinciden con las de Maspalomas Ahora.








Pepeluis | Viernes, 04 de Abril de 2014 a las 11:33:48 horas
Las nubes de los políticos que están en las ídem huelen a privilegios, corrupción y despecho.
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