Museo de la RAF en Londres (1)

Los aficionados al mundo de los aviones y los que aprecian los grandes museos relacionados con las máquinas, tienen en Londres la oportunidad de visitar uno de esos lugares emblemáticos en los que puede estudiarse la historia de la aviación, desde réplicas de los primeros aerodinos que se diseñaron, más con arte y habilidad que con ciencia, hasta  los modernos reactores de combate allí expuestos

Se trata del Museo de la RAF en Londres, situado en el barrio de Colindale al norte de Londres y muy cerca de la estación de metro del mismo nombre.  Fue inaugurado en 1972 y es diariamente visitado por un gran número de personas, entre los que sobresalen veteranos de la tercera edad y grupos de colegiales con sus profesores y guiados por los monitores del mismo museo.  

El complejo está formado por varios edificios y por una antigua fábrica de material para la aviación que funcionaba a principios del siglo XX.  Hay allí expuestos más de 100 aviones originales, otros reconstruidos y algunas maquetas.  Los detalles pueden verse en su página web, http://www.rafmuseum.org.uk.   La visita comienza por donde se debe comenzar: los pioneros, que como sugería el título de aquella simpática película de 1965, eran “Aquellos chalados en sus locos cacharros”.

Sigue en un orden más o menos cronológico, una gran nave con decenas de aparatos que lucharon en la Primera Guerra Mundial.  Hay monoplanos, biplanos y hasta triplanos construidos con madera y tela.  La ambientación es muy interesante, lo mismo que las explicaciones de los monitores y de los paneles informativos.  La mayoría de los aviones están colocados en el suelo para facilitar y poder ver de cerca los detalles, cosa que interesa muchísimo a los aeromodelistas, pero otros están colgados del techo en actitud voladora.

En este Museo de la RAF en Londres hay mucho más que ver, pero eso se lo mostrará este periódico en un reportaje posterior, “por entregas” se decía antes cuando se publicaban novelas y cuentos semanalmente, capítulo a capítulo.  ¿Quién, de los entrados en años, no coleccionó en fascículos la enciclopedia “Fauna” del inolvidable Félix Rodríguez de la Fuente, que hizo el milagro de que no nos durmiéramos con los documentales de bichos en la TV2?  Aquí no se pretende tanto, sólo despertar la curiosidad y el interés por las cosas bien hechas que hay por el mundo y tomar “recortes” para nuestra industria local del ocio.