La sentencia resalta que no puede precisar qué estaba haciendo el acusado en el momento del crimen y que los médicos que asistieron a la mujer no apreciaron las marcas en el cuello
La Audiencia de Las Palmas ha absuelto del delito de intento de homicidio que se le imputaba a un ciudadano noruego que ha pasado en prisión los últimos once meses, bajo la acusación de haber intentado estrangular a su novia el pasado 24 julio en Maspalomas (Gran Canaria).
El tribunal reconoce que, sin la declaración de la víctima -a la que no se pudo localizar para que compareciera en el juicio, porque dio un domicilio que no era real- no hay prueba de que los hechos ocurrieran tal como los relataba el Ministerio Fiscal, que solicitaba nueve años de cárcel para el procesado, Thomas K.
La noche en la que Thomas K. fue detenido, varias dotaciones de Policía acudieron a la vivienda que compartía con su novia, tras haber sido alertadas por los vecinos de que mantenían una fuerte discusión. Sin embargo, los policías se retiraron cuando la pareja les dijo que solo discutían y que había habido agresión alguna.
Un agente regresó poco después al domicilio y sorprendió al acusado sentado sobre la mujer, con sus manos sobre ella, circunstancia esta en la que se basaba la acusación de la Fiscalía de que el procesado se proponía matarla por estrangulamiento.
Sin embargo, la sentencia resalta que el propio policía ha reconocido en el juicio que no puede precisar qué estaba haciendo el acusado y que los médicos que asistieron a la mujer no apreciaron las marcas en el cuello que, necesariamente, tuvo que dejar el procesado si hubiera apretado con fuerza para asfixiarla.
Tampoco consta que en esos momentos, "en caliente", la mujer dijera a los agentes o a los médicos que la habían querido estrangular, como habría sido "lo normal" si es que los hechos hubieran sucedido de esa manera, razonan los magistrados.
La Audiencia sí considera que tiene pruebas suficientes para condenar a Thomas K. por un delito de malos tratos por las marcas de golpes que su novia presentaba en la cara, por mucho que el procesado alegara una excusa que el tribunal no se cree (aseguró que solo trataba de reanimarla de un ataque de asma).
En consecuencia, lo condena a once meses de prisión, prácticamente el mismo período que este ciudadano noruego ya ha pasado en prisión provisional como sospechoso de homicidio en grado de tentativa (del 24 de julio de 2012 al 19 de junio de 2013).
El tribunal reconoce que, sin la declaración de la víctima -a la que no se pudo localizar para que compareciera en el juicio, porque dio un domicilio que no era real- no hay prueba de que los hechos ocurrieran tal como los relataba el Ministerio Fiscal, que solicitaba nueve años de cárcel para el procesado, Thomas K.
La noche en la que Thomas K. fue detenido, varias dotaciones de Policía acudieron a la vivienda que compartía con su novia, tras haber sido alertadas por los vecinos de que mantenían una fuerte discusión. Sin embargo, los policías se retiraron cuando la pareja les dijo que solo discutían y que había habido agresión alguna.
Un agente regresó poco después al domicilio y sorprendió al acusado sentado sobre la mujer, con sus manos sobre ella, circunstancia esta en la que se basaba la acusación de la Fiscalía de que el procesado se proponía matarla por estrangulamiento.
Sin embargo, la sentencia resalta que el propio policía ha reconocido en el juicio que no puede precisar qué estaba haciendo el acusado y que los médicos que asistieron a la mujer no apreciaron las marcas en el cuello que, necesariamente, tuvo que dejar el procesado si hubiera apretado con fuerza para asfixiarla.
Tampoco consta que en esos momentos, "en caliente", la mujer dijera a los agentes o a los médicos que la habían querido estrangular, como habría sido "lo normal" si es que los hechos hubieran sucedido de esa manera, razonan los magistrados.
La Audiencia sí considera que tiene pruebas suficientes para condenar a Thomas K. por un delito de malos tratos por las marcas de golpes que su novia presentaba en la cara, por mucho que el procesado alegara una excusa que el tribunal no se cree (aseguró que solo trataba de reanimarla de un ataque de asma).
En consecuencia, lo condena a once meses de prisión, prácticamente el mismo período que este ciudadano noruego ya ha pasado en prisión provisional como sospechoso de homicidio en grado de tentativa (del 24 de julio de 2012 al 19 de junio de 2013).
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