Tanto nadar para morir en la orilla. La Unión Deportiva Las Palmas no podrá cumplir su objetivo de jugar la próxima temporada en la elite
Tanto nadar para morir en la
orilla. La Unión Deportiva Las Palmas no podrá cumplir su objetivo de
jugar la próxima temporada en la elite. Sus ilusiones se ahogaron ayer
en el Mediterráneo al perder en la prórroga ante el Almería (2-1), en la
primera ronda de la promoción de ascenso.
Un solo gol separó al equipo canario de disputar la eliminatoria decisiva ante el Girona. El tanto del delantero nigeriano Chrisantus únicamente sirvió para alargar la esperanza durante otros treinta minutos.
Las Palmas concluyó así una campaña que comenzó de forma muy irregular, con una victoria en Santander -el primer gol también lo marcó Chrisantus- y una posterior racha de ocho partidos sin ganar que le condujeron incluso a la zona de descenso a Segunda B.
Los isleños encontraron su punto de inflexión en la Copa del Rey, competición en la que llegaron hasta octavos de final. Tras eliminar a un equipo de Primera como el Rayo Vallecano, cayeron ante el Betis del grancanario y exdelantero amarillo Rubén Castro, autor de los dos goles verdiblancos en esa eliminatoria.
La Unión Deportiva confirmó sus aspiraciones en una notable segunda vuelta de la Liga Adelante, en la que llegó incluso a plantearse el ascenso directo: "Vamos a ser segundos", aseguraron varios de los futbolistas a su presidente.
Sin embargo, su desconcertante final de temporada, con una sola victoria en cinco partidos y la clasificación para la promoción por mejor diferencia de goles que la Ponferradina, alimentaron las dudas en el momento más decisivo del año.
La derrota de este domingo en el estadio de los Juegos Mediterráneos marcó un punto y seguido en los objetivos de un club que vive fuera de la elite desde 2002. "Este año tengo que subir al equipo como sea", llegó a decir públicamente su presidente, Miguel Ángel Ramírez, el pasado verano.
Igual de rotundo fue Branko Milovanovic el día de su presentación como nuevo secretario técnico: "No ascender a Primera sería un fracaso personal", aseguró el profesional serbio.
Ahora, para afrontar un nuevo proyecto de ascenso, Las Palmas podría quedarse sin parte de su columna vertebral del presente curso. Jeison Murillo y Thievy, ambos cedidos, serán reclamados por sus clubes de origen, Granada y Espanyol, respectivamente.
Mientras, su marca de agua en la presente campaña, el grancanario Vitolo -15 goles-, probablemente tenga que ser traspasado a alguno de los equipos de la máxima categoría que suspiran por su fichaje desde la temporada anterior.
El entrenador aragonés Sergio Lobera, que tiene el compromiso verbal de su presidente para renovar, reconoció en una entrevista a Efe el pasado marzo que "no ascender a Primera sería una desilusión".
Ese mismo mes, el defensa Deivid había manifestado: "Ojalá suba el Tenerife, pero en Segunda no nos va a encontrar". Se equivocó en su pronóstico. La próxima temporada, después de dos años de ausencia, volverá el clásico del fútbol canario. Será en la vigésima séptima temporada de los amarillos en la categoría de plata.
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