Bárcenas, un caso más de corrupción

La situación en el país ha superado todas las expectativas. Vivimos una fuerte crisis económica pero la política tampoco se salva a raíz de los documentos contables de los ingresos en negro del PP como último ejemplo. Los papeles de Bárcenas mantiene muy preocupado a nuestra España de la pandereta y los toros, de las siestas y los puentes, de la productividad connivente y los moscosos, un país que no gana para escándalos y del que sólo nos enorgullece nuestros representantes en el deporte y la gastronomía. La credibilidad en la clase política es algo del pasado y las instituciones públicas tampoco cuentan con ese respeto, confianza y seguridad que están obligadas a prestar a los hastiados e impotentes ciudadanos, víctimas de un sistema corrupto en muchos casos, en el que los delincuentes no usan piercing y tatuajes, sino chaquetas y corbatas. Por el recorrido nacional, el sur de la isla tampoco se queda muy atrás, y a las últimas informaciones en la prensa escrita (que adelantamos en su momento) nos remitimos. Una serie de acontecimientos que hemos ido adelantando en los últimos meses y semanas, y de los que les mantendremos puntualmente informados con el debido respeto a las investigaciones y los cauces judiciales previos, como principio básico periodístico de nuestra línea editorial. Por el momento, incomprensiblemente, el pánico se extiende en algunos círculos ante una interpretación subjetiva de la realidad que les hace tomar decisiones reveladoras que publicaremos a su debido tiempo.