Viviendo en San Borondón
Autoempleo, autoconsumo y autoengaño
JOSÉ F. FERNÁNDEZ BELDA
Lunes, 14 de Enero de 2013 Tiempo de lectura:
El ridículo también está, pero sin consecuencias judiciales
¡Que cansino resulta ya volver a oír el mismo discurso, cargado de promesas y buenos deseos, en las tomas de posesión o los relevos de cargos oficiales, pagados a precios estratosféricos! Parece que no se esfuerzan demasiado en redactar discursos novedosos los múltiples asesores que cada cargo “arrastra” tras sí, es un decir porque esos aplaudidores se dejan encadenar a la nómina con mucho gustito. Parecen textos fotocopiados consejero por consejero, borrando con tipex el nombre del antecesor y sobrescribiendo el nuevo, al estilo del ex ministro Caldera.
El último ejemplo de esta situación bien pudiera ser la toma de posesión de la socialista Francisca Luengo al frente de la Consejería de Empleo, Industria y Comercio del Gobierno de Canarias, sustituyendo a Margarita Ramos, la política dimisionaria que presumía de ser independiente. En el fondo y casi en las formas, su discurso fue un ejemplo de Pensamiento Alicia típico de los años de Zapatero. La consejera entrante prometió ocuparse de las mismas tareas en las que fracasó la saliente: la reforma del SCE y un plan de autoconsumo energético.
Cosas peculiares, confluencias planetarias al decir de Leire Pajín, prometió Francisca Luengo respecto a la reforma del Servicio Canario de Empleo. Al parecer pretende que de forma inmediata, en las oficinas el SCE se presten servicios a los desempleados. Muchos suponían, por lo visto sin base, que esa era su función principal. Algún ocurrente ha dicho que lo que en realidad se pretende ahora es el permitir a los usuarios evacuar sus necesidades en sus servicios. Algunos recalcitrantes proponían llamarlas, más que de empleo, oficinas del paro o del desempleo. Cuestión de puntos de vista y de semántica, pues es de sobra conocido que en los discursos políticos no hay cosa mal dicha o prometida, sino mal interpretada por el ciudadano. Y si la consejera se “mosquea”, como en el chiste, ¡ella empezó primero!
Otro de los “mantras” repetidos en estas ocasiones es el de prometer trabajar duro para que aflore la economía sumergida, sin hacer la menor mención a una de sus causas más importantes, cual es el creciente infierno fiscal para la actividad económica que han generado los gobiernos de España y de Canarias. Con esa creciente presión fiscal y con el otro zafio eslogan de la izquierda “que paguen los ricos”, quieren aparentar que todo ha de cambiar para que, en realidad, todo siga igual y poder financiar el despilfarro público que la casta política improductiva no está dispuesta a frenar. También repiten en este epígrafe algo tan manido como fracasado, salvo en muy contadas ocasiones, el fomento de la economía social y del cooperativismo como fórmulas para generar empleo, autoempleo sería tal vez más correcto llamarlo. Como en la consejería son conscientes de su incapacidad e imposibilidad para generar economía productiva, cualquier cosa que haga la sociedad civil si se eliminan las trabas burocráticas, será contabilizado como un éxito en sus estadísticas, que no en su gestión.
Y puestos ya a creer en pajaritos preñados y en esa idea tan de izquierda de que es bueno conceder subvenciones a diestro y sobre todo a siniestro, mientras haya dinero de los demás en caja, Francisca Luengo, anunció otro nuevo plan para que Canarias sea referente en España en la implantación del autoconsumo eléctrico, es decir, que cada uno se genere su propia energía. Un ex concejal de su partido en el Ayuntamiento de LPGC ya lo intentó instalando mini aerogeneradores en las azoteas de edificios públicos. Los molinillos están, pero sin funcionar. El ridículo también está, pero sin consecuencias judiciales. Lo malo es que esas gracietas y ocurrencias, las pagan los contribuyentes con tasas confiscatorias sobre su esfuerzo y sin que la fiscalía anticorrupción haga el mínimo gesto para comprobar si ese dislate tenía o no soporte legal y técnico que lo avalase, más allá de la pueril creencia de que como el viento es gratis...
El último ejemplo de esta situación bien pudiera ser la toma de posesión de la socialista Francisca Luengo al frente de la Consejería de Empleo, Industria y Comercio del Gobierno de Canarias, sustituyendo a Margarita Ramos, la política dimisionaria que presumía de ser independiente. En el fondo y casi en las formas, su discurso fue un ejemplo de Pensamiento Alicia típico de los años de Zapatero. La consejera entrante prometió ocuparse de las mismas tareas en las que fracasó la saliente: la reforma del SCE y un plan de autoconsumo energético.
Cosas peculiares, confluencias planetarias al decir de Leire Pajín, prometió Francisca Luengo respecto a la reforma del Servicio Canario de Empleo. Al parecer pretende que de forma inmediata, en las oficinas el SCE se presten servicios a los desempleados. Muchos suponían, por lo visto sin base, que esa era su función principal. Algún ocurrente ha dicho que lo que en realidad se pretende ahora es el permitir a los usuarios evacuar sus necesidades en sus servicios. Algunos recalcitrantes proponían llamarlas, más que de empleo, oficinas del paro o del desempleo. Cuestión de puntos de vista y de semántica, pues es de sobra conocido que en los discursos políticos no hay cosa mal dicha o prometida, sino mal interpretada por el ciudadano. Y si la consejera se “mosquea”, como en el chiste, ¡ella empezó primero!
Otro de los “mantras” repetidos en estas ocasiones es el de prometer trabajar duro para que aflore la economía sumergida, sin hacer la menor mención a una de sus causas más importantes, cual es el creciente infierno fiscal para la actividad económica que han generado los gobiernos de España y de Canarias. Con esa creciente presión fiscal y con el otro zafio eslogan de la izquierda “que paguen los ricos”, quieren aparentar que todo ha de cambiar para que, en realidad, todo siga igual y poder financiar el despilfarro público que la casta política improductiva no está dispuesta a frenar. También repiten en este epígrafe algo tan manido como fracasado, salvo en muy contadas ocasiones, el fomento de la economía social y del cooperativismo como fórmulas para generar empleo, autoempleo sería tal vez más correcto llamarlo. Como en la consejería son conscientes de su incapacidad e imposibilidad para generar economía productiva, cualquier cosa que haga la sociedad civil si se eliminan las trabas burocráticas, será contabilizado como un éxito en sus estadísticas, que no en su gestión.
Y puestos ya a creer en pajaritos preñados y en esa idea tan de izquierda de que es bueno conceder subvenciones a diestro y sobre todo a siniestro, mientras haya dinero de los demás en caja, Francisca Luengo, anunció otro nuevo plan para que Canarias sea referente en España en la implantación del autoconsumo eléctrico, es decir, que cada uno se genere su propia energía. Un ex concejal de su partido en el Ayuntamiento de LPGC ya lo intentó instalando mini aerogeneradores en las azoteas de edificios públicos. Los molinillos están, pero sin funcionar. El ridículo también está, pero sin consecuencias judiciales. Lo malo es que esas gracietas y ocurrencias, las pagan los contribuyentes con tasas confiscatorias sobre su esfuerzo y sin que la fiscalía anticorrupción haga el mínimo gesto para comprobar si ese dislate tenía o no soporte legal y técnico que lo avalase, más allá de la pueril creencia de que como el viento es gratis...
Las opiniones de los columnistas son personales y no siempre coinciden con las de Maspalomas Ahora.
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