Nunca agradecerá lo suficiente el grupo
humorístico Abubukaka la censura ordenada por algún descerebrado directivo de
la Televisión Canaria en un sketch del programa ‘El botellón de Julián’. Ese
error garrafal ha logrado que una compañía poco conocida para la mayoría se
haya hecho famosa de un día para otro gracias al desliz disparatado de una
mente subdesarrollada.
Si el pelota de turno de la televisión
autonómica creyó que le hacía un favor a Coalición Canaria por distraer un
chiste político de la emisión de la cadena, se ha quedado planchado, con cara
de idiota y como centro de todas las dianas, incluidas las de los dardos de los
dirigentes del propio partido nacionalista.
Una nimiedad dentro del guión de un
programa de humor ha levantado un escándalo que no ha podido tapar ni tan
siquiera la cínica rectificación que ahora hacen desde la propia tele,
anunciando la emisión del programa sin censura. Como si nos hicieran un favor.
Demasiado tarde, a no ser que se trate
de una treta de promoción. La emisión del programa ahora no le exime al censor
de su metedura de pata hasta el corvejón.
Cuando una tele pública presiona a un
grupo de jóvenes titiriteros para que quiten de su guión una escena donde dos
magos colisionan dando como resultado un alcalde (lo que ellos denominan
graciosamente colisión canaria), no basta con reponer el programa si antes no
ha dimitido el responsable de la absurda orden.
En la cadena nadie ha dado la cara y se
han limitado a emitir un comunicado surrealista en el que se extrañan los muy
zoquetes de la repercusión que ha tenido la censura en una televisión de 2012
que no es de ellos, como creen, sino de todos los contribuyentes isleños.
Dicen que no se ha vulnerado la
libertad de expresión. Es más, presumen de haberla defendido profundamente. Ja ja
ja. Los del ente se han contagiado del humor del grupo que han censurado y que
ahora perdonan tras la airada reacción de todos, incluidos los suyos, los que
los colocaron sin fundamento y sin tino.
La diferencia entre el humor de los
censores de la televisión pública y el del grupo Abubukaka es que mientras con
éste te ríes, el de aquéllos no tiene puñetera gracia.
Los directivos atolondrados y
aduladores han querido ser más papistas que el papa Paulino para ver si les
renuevan el contrato y siguen viviendo de la sopa boba un tiempo más. No saben
que si de la colisión de dos magos sale un alcalde en las islas, del
encontronazo entre dos serviles pelotilleros tiralevitas nace un payaso idiota
que en vez de reír hace llorar.
Las opiniones de los columnistas son personales y no siempre coinciden con las de Maspalomas Ahora.
Tira | Viernes, 09 de Noviembre de 2012 a las 13:48:36 horas
Lo más triste es que los que conseguir trabajos fáciles y bien remunerados son esos pelotillas de los partidos que acceden al poder. Así está nuestra televisión, que más que nuestra es solo de ellos, de los políticos de turno y sus vasallos.
Accede para votar (0) (0) Accede para responder