A bordo del ATR 72-500 de la compañía Binter Canarias que hacía el vuelo NT 7000 con destino a Maspalomas se echaron de menos algunas autoridades. Entre las más sonadas, la de empresarios turísticos con representación en la zona pero sobre todo, la del Cabildo de Gran Canaria. Ni su presidente o el propio consejero del Turismo acudió, aunque si estuvo en viceconsejero de Turismo del Gobierno de Canarias. La excusa extraoficial fue la coincidencia con otros actos el mismo día, aunque no fue suficiente para incrementar la suspicacias sobre el distanciamiento entre la institución insular y el propio Ayuntamiento, cuyas siglas empiezan a brillar por separado.
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